LA PRIMERA VEZ
Escrito por jomapare ( Offline), el 03 de julio de 2009
Llegamos a la casa, aún no podía reponerme del todo, sentía unas ganas enormes de tomarme una botella y olvidarme de todo el mundo y de mi misma; me deje caer sobre el sofá, Elisa se quedo en silencio observándome, al fin se armo de valor y dijo: .-No entiendo nada Sara y volvió a quedarse en silencio. .-Es muy difícil de explicar. Dije con miedo, buscando la mejor manera de empezar. .-Me gustaría que lo hicieras . Así es muy difícil entender las cosas. Dijo mirándome a los ojos. Respire profundo y empecé a narrarle la parte de la historia que no conocía, solo omitiendo pequeñas cosas que me daban vergüenza. Conocí a Pedro una mañana de domingo al salir de la iglesia, yo había asistido como casi todos los fines de semana con mi madre, desde que lo vi entrar en la iglesia me llamo la atención y me pareció un hombre muy atractivo, llego solo, eso era poco común, durante toda la misa pude notar su enorme fe pues se sabía todas las oraciones. Al termino de la misa mi madre fue a visitar al Padre Roberto y fuimos a la sacristía, fue allí donde lo encontramos en compañía de Pedro, mi madre entro con el sacerdote y este se disculpo con Pedro yo entonces no conocía su nombre. Me quede en unas bancas fuera de la sacristía observando detenidamente las imágenes que había en las paredes, después mi mirada se poso en Pedro y debo de aceptar que me puse nerviosa cuando él noto que yo no le quitaba la mirada de encima. Esa vez fue nuestro primer encuentro; la segunda vez fue el siguiente sábado durante los ensayos del coro de la iglesia, mi más grande sorpresa fue verlo como parte de nosotros, sabia tocar muy bien la guitarra y seguía fascinándome; a pesar de todo él y yo no habíamos cruzado palabra, fue hasta cerca de un mes cuando fuimos invitados a una misa fuera de la iglesia, el tenerlo cerca me ponía muy nerviosa. Hablamos de muchas cosas, de música, de cine, de televisión y de asuntos religiosos por supuesto, fue así como me entere que había querido ser sacerdote y que hacía poco tiempo que había desistido, al principio eso me afecto un poco pero después todo volvió a la normalidad. A finales de enero me invito al cine, yo estaba muy feliz y se lo conté a mi madre, no podía disimularlo. Esa noche al salir del cine me llevo a casa y estuvimos platicando en su coche durante casi una hora, mi madre salió varias veces a la puerta y le dije que era mejor despedirnos, antes de eso me dio por primera vez un beso, después se disculpo por hacerlo y yo le dije que no había ningún problema. Pasaron varios días y se llego el catorce de febrero, me llevo un arreglo de flores y yo me sentí la mujer más enamorada del mundo; en ese tiempo yo trabajaba como secretaria en un despacho, después de la gran sorpresa me invito a tomar un café y fue allí cuando me pidió que fuera su novia; todo para mí era maravilloso, era el hombre perfecto, cariñoso, romántico, guapo, caballeroso y por supuesto alguien que profesaba la misma religión que mi familia. Cuando le conté a mi madre ella se puso contenta pero dijo que necesitaba hablar con él para ver si tenía buenas intenciones, me opuse, le dije que me lo ahuyentaría como a otros novios que había tenido; pasó cerca de un mes y por primera vez me dejo plantada, lo estuve esperando toda la tarde en casa y él nunca llego, después me explico que había tenido un problema en el trabajo, él entonces era supervisor en una maquiladora y yo no proteste más, el coraje se me paso en seguida. Pocos días después en la empresa donde él trabajaba hicieron una fiesta, Pedro me pidió que lo acompañara y así lo hice. Cuando llegamos a la reunión él me presento con todos sus compañeros y se me hizo raro cierta sorpresa de parte de ellos, no le di importancia al asunto y trate de disfrutar el momento; nos la pasábamos muy bien hasta que algo paso cuando Pedro fue al baño y a su regreso me pidió que nos fuéramos de ese lugar, él estaba algo tomado. Eran poco más de las doce de la noche cuando Pedro detuvo el auto antes de llegar a la casa, empezó a besarme de una manera exagerada, yo trate de detenerlo y él me miro a los ojos, me dijo que quería pasar la noche conmigo y yo me negué hasta cierto grado enojada, el insistió; ahora comprendo que me chantajeo sentimentalmente, argumentó que si no lo amaba lo suficiente y cosas por el estilo; no muy convencida acepte pasar un rato con él en su casa ya que sus padres no estaban. Arranco el auto y nos fuimos a su casa, yo estaba sumamente nerviosa pero en el fondo deseaba que eso ocurriera, si iba a ser mi primera vez por lo menos que fuera con alguien a quien yo amaba. Cuando llegamos a la casa me tomo por la cintura y me condujo suavemente a donde supuse que era su recamara, puso música en una grabadora y me ofreció algo de tomar, yo no quise, el fue por una cerveza y se recostó en la cama, yo no sabía qué hacer, me sentía sumamente tonta. Después el empezó a besarme, me recostó en la cama y se subió sobre mí, sus besos se fueron haciendo más intensos, a veces hasta fuertes, llego a lastimarme, yo por primera vez empecé a sentirme excitada, un calor extraño corría por mis mejillas como cuando me sentía avergonzada, su cuerpo se apretaba al mío y yo entonces comprendí que me estaba sintiendo mujer por primera vez. Las manos de Pedro bajaron sin esfuerzo los tirantes de mi blusa y enseguida sus labios comenzaron a besar mis hombros y cerca de mis pechos, mi excitación iba en aumento. Cuando las manos de él subieron mi falda entonces ya no supe si pedirle que se detuviera o pedirle que lo hiciera lo más rápido posible pues necesitaba sentirme suya. Las manos de Pedro empezaron a bajar mi ropa interior esta vez, me sentí apenada le dije no pero no se detuvo . Me hizo suya. Debo confesar que no fue tan maravilloso como suponía, nunca sentí el orgasmo, después de terminar únicamente él, se quedo dormido y yo me sentí la mujer más sucia del planeta, me quede en silencio mientras el posaba una de sus manos en mi pecho. Yo no podía dormirme, imaginaba a mi madre preocupada por mí y también pensaba en que dirían mis amigas si supieran donde estaba. Era de madrugada cuando Pedro se despertó, le pedí que me llevara a la casa, en el camino no dije nada y él tampoco, no sé, de pronto la imagen de él se me había distorsionado un poco, el sentido de hombre apegado a la iglesia de pronto ya NO EXISTIA MÁS. Al despedirnos me dio un beso muy largo y me dijo que no me preocupara, que nos amábamos y que no era pecado; cuando entre, mi madre estaba en la sala, recuerdo que fue la primera vez que me regaño por llegar tarde. A los pocos días de sucedido aquel encuentro Pedro me llevo a casa de sus padres por segunda vez, era el cumpleaños de su padre, estaba toda la familia presente, incluyendo Carlos, su hermano menor y el cual ya tenía una niña de un año de edad. Me sentía algo incomoda sobre todo por la constante insistencia de su padre de que ya nos casáramos y de que quería un montón de nietos, en fin era la típica familia mexicana que se reúne en alguna ocasión y donde el hombre es el jefe de la casa y la madre es la encargada de la cocina. Después de aquella visita a la casa de sus padres Pedro se ausento durante casi dos semanas, aunque le hablaba por teléfono él me decía que había tenido mucho trabajo y que no podía verme, yo estaba sumamente enojada pero después el enojo se convirtió en preocupación, mi regla no me bajaba. Espere uno o dos días más con la esperanza de que no fuera cierto lo que estaba pensando, pero después ya no pude esperar más y fui a buscar a Pedro a la salía del trabajo, lo vi a lo lejos con varios de sus compañeros, los que me presentó en aquella fiesta. Cuando me acerque, él se sorprendió un poco y se despidió un tanto avergonzado por las burlas de sus amigos. .-Que milagro. Dijo secamente sin darme un beso, me sentí estúpida. .-Necesito hablar contigo. Dije tímidamente, no sabía cómo empezar .-Que yo sepa no estamos enojados, ¿o sí?.-Dijo en tono burlón, eso me molesto .-No. Seguimos caminando- Estoy preocupada. Proseguí. .-¿Tu mamá sigue mal? Pregunto pero sin abrazarme como los novios que éramos, más bien como si fuéramos dos amigos o hasta dos extraños .-No, ella está bien. Me quede en silencio un rato, esperando quizá que él mostrara un poco de interés en lo que me estaba pasando- Pedro .creo que estoy embarazada. La cara de Pedro se quedo fija, no puedo ni describirlo, era una expresión entre sorpresa y angustia, seguramente la noticia era algo que no estaba presente en sus planes.
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Escrito por jomapare ( Offline), el 19 de agosto de 2009
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Pedro se quedo en silencio después de la noticia de mi embarazo no deseado y continúo caminando, yo me sentí tan estúpida caminando tras de él como un perro de la calle esperando que algún extraño le aviente un pedazo de pan. Al ... Leer mas
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