Agua en el Desierto
Escrito por creadordemundos ( Offline), el 24 de enero de 2010
En alguna parte de Chihuahua, donde las montañas conviven con el desierto. En la noche que la luna apenas muestra su color habitual, una fogata es el cobijo de un hombre, algunos animales se acercan, como si el calor les confortara. MI Agua en el desierto A veces deseo que la búsqueda fuera menos engorrosa. Años caminando alrededor del mundo para terminar parado en medio de quien sabe dónde, el aire es seco por la mañana y la noche es fría como los hielos, curioso es pues el desierto. Deja a un lado sus botas gastadas, su camisa deshilachada y un pantalón gris gastado son sus acompañantes, junto a él, un objeto largo descansa envuelto en una manta café. Sentado, cerca del fuego, observa como una serpiente se queda mirándolo a escaso metro y medio, hasta que decide acercarse; un borrego cimarrón también le observa junto a su manada que no se aproxima; unos minutos después un Berrendo toma un lugar, dobla las patas y cierra los ojos; ninguno se inmuta ante la extraña escena que se presencia. Una coralillo, un Borrego, un Berrendo y un hombre, comparten el calor de una fogata que parece no menguar en su llama. Cada uno mira en una dirección cardinal. Algunas ramas truenan y a lo lejos una Lechuza de Hoyo les indica que hay vida en el silencio penetrante que por momentos crearon. - ¿Qué busca un humano en estas tierras? habla la serpiente siseando. - Creía saberlo cuando pise estas tierras por vez primera. - ¿Qué te hace suponer que lo encontrarás? dice el borrego. - La misma suposición que he tenido de encontrarles. Ustedes son sabios, caminan en la madre tierra desde los inicios del tiempo. - Explícate dice el Berrendo. - Saben dónde encontrar alimento y agua, aun en tiempos de sequias. - La mayor parte del tiempo aquí es sequía humano dice la serpiente. - Eso es cierto. He llegado hasta aquí con los ojos de Iguana1, buscando a los Dioses. ¿Me encuentro ante ellos? pregunta con un aire despreocupado. - Eres osado e inteligente dice el Berrendo. - En mi vida he conocido muchas criaturas: entes, demonios incluso seres que se autocalifican como ángeles, ver a animales que hablen es tal vez lo menos impresionante que me ha sucedido. - Osado y despreciativo asevera el borrego ¿cuál es tu nombre? - Damasco. - Fuerza y delicadeza figuran en tu nombre dice la serpiente. - Agradezco tu gentileza, Dios Axaxa², al igual que su compañía Dioses Bach y Nach³ Berrendo y Borrego respectivamente. Hay un nuevo silencio entre los presentes, el fuego se aviva por momentos alimentado por el aliento de la serpiente. - Existen demasiados secretos a vuestros ojos, Damasco dice con serenidad Bach. - Solo me atrae uno en estos momentos de mi existencia. Les pido que si saben en donde se encuentra me lo digan, es de vital importancia que lo encuentre. - Protector del desierto es habla Nach ¿qué puede ser de tal importancia que tenga que irse de su tierra? - Arcatrara Vei empieza a despertar Deidades. Pido ayuda para evitar el colapso de mi gente. - Sin duda algo que la madre tierra nos ha informado dice Bach. - Tu raza ha buscado su fin continua Axaxa , no está en nuestras manos pedirle que les ayude. - No es sencillo que os lo conceda finaliza Nach. - Solo pido su ayuda para encontrarlo, os lo imploro dice con humildad, mientras se pone de rodillas y coloca su frente junto a la tierra. El fuego se alimenta del aliento de las tres deidades, Damasco alza la cara y mira a través del fuego. Una visión se le revela. - Sigue hacia el sur, camina todo derecho dicen los tres al unísono hasta que llegues a la piedra que apunta a la dirección contraria, en ella conocerás a Filulu, síguelo, te llevará hasta Ahuilizapan4. - ¿Eso es todo? ¡Qué fácil! - Así sea humano. El fuego se torno azul y después verde hasta que la llama que había alcanzado cerca de dos metros fue tornándose no más allá de veinte centímetros. Los tres animales dejaron con tranquilidad el lugar, mientras Damasco se quedaba de rodillas agradeciéndoles la ayuda que le han proporcionado. Pasó la noche junto al fuego acogedor y cuando los primeros rayos de sol anunciaron el despertar emprendió su camino. El sol fue tomando fuerza, Damasco a momentos arrastra sus píes levantando la tierra y el polvo, un correcaminos le salió al paso, tomo el cuchillo de su cinturón para intentar casarlo cuando sucedió algo inesperado: el correcaminos parecía ofrecerse como alimento, se acerco con lentitud hacia sus píes, Damasco se puso en cuclillas y estiro ambas manos, el cuchillo filoso casi toca la tierra cuando el animal hizo honor a su nombre quitándose la cabeza en el impulso. Damasco agradeció la comida. La tierra provee le dijo alguna vez su abuela. Al atardecer llego a la roca que apunta al Norte, ahí revolotea un colibrí terciopelo barbinegro entre las flores de los cactus. Se sienta a descansar en una roca, los píes le duelen. El colibrí empieza a volar alrededor de Damasco, que saca un poco de agua de su cantimplora y la ofrece al ave, gustosa se para sobre su mano y bebe. Pide que lo lleve con Ahulizapan; Filulu así lo hace. Durante media hora le sigue a un paso moderado, después de ello, se adentran en una cueva que es iluminada en sus adentros por los últimos rayos solares del día, cientos de cristales parecen focos, rebotan la luz haciendo que el lugar parezca iluminado; Filulu avanza con mayor rapidez a tal grado que Damasco corre para no perderle la vista, con cada minuto que pasa la cueva se va haciendo oscura, llega el momento en que se ve nada. Se detiene y busca algún indicio de luz. Se sienta en donde se encuentra durante dos horas, si ha de pasar la noche en penumbra que sea al menos descansando, piensa Damasco. Una tenue luz en color azul celeste pálido le ayuda por fin a ver. Su oído se ha vuelto sensible y escucha pisadas de animal, como si fueran las de un felino, solo un animal puede vivir en un lugar así, un puma. Escucha a la madre tierra, escucha a su alma, siente un gran alivio. Le ha encontrado. - Filulu se escucha un leve eco en el lugar te he dicho que no vueles tan rápido cuando traigas a un visitante, mira que nos ha tomado bastante tiempo llegar hasta él. Damasco escudriña, se siente emocionado, su corazón late con rapidez mientras siente que una energía fría le invade la planta de los píes y continua por toda su medula espinal. Una silueta se va aclarando frente a él, un puma camina hacia él. Toma el artilugio que lleva sobre su espalda y lo coloca en el suelo mientras inclina su cabeza. - Que - batalla para articular palabra, el puma se ha detenido a unos pasos querido y venerado Ahulizapan, vengo para pedir tu ayuda. - ¿Es él Filulu? pregunta el puma, Damasco se percata que la voz es femenina, mientras el colibrí mueve su cabeza de arriba hacia abajo. - Pido tu ayuda Ahulizapan, por favor. - Alza el rostro humano, no necesito reverencias. Háblame de tu problema, dime algo que la madre tierra no me haya informado el puma se fue transfigurando, por momentos toda la luminosidad que emana de su cuerpo se perdió y la cueva pareció iluminarse por completo, cientos de cristales adornan el lugar, es hielo, Damasco no sabe si asombrarse por ello o por el puma que se ha adoptado una forma humanoide, una cabeza felina y un cuerpo de humana, no recuerda haber visto ente más bello, las infinitas tonalidades azules realzan el misticismo de Ahulizapan. - Arcatrara Vei, deidad protectora de las tierras áridas, está por despertar, mi raza peligra. - ¿Qué estás dispuesto a dar humano? - Traigo esto le dice mientras quita la manta del artilugio de parte de Aldemanor. Al descubrir completamente el objeto un Bô, hecho de marfil, engarzada en una de las puntas una esfera de color rojo escarlata transparente, mientras varios escritos en lenguas desconocidas para el hombre se mueven a lo largo del arma. - Una Zafuir dice Ahulizapan con asombro. - Aldemanor dijo que cuando lo viera entendería la razón de mi solicitud. - ¿Qué tiene que ver ese comeniños exactamente en esto? - Aldemanor me ha dicho que el dragón rojo despertará junto con Arcatrara Vei. - ¿El dragón rojo y la fortaleza viviente? se pregunta reflexiva en voz alta ¿quién puede desear tanto poder destructivo? - Deidad de las tierras áridas ¿nos ayudarás? - Sí hay alguna fuerza sobre la tierra que quiera romper el equilibrio que nos permite vivir en armonía, entonces es mi deber como protectora de las tierras áridas ayudar a evitar tal acontecimiento. Humano lo mira con decisión has pasado mucho tiempo caminando bajo el cielo abrazador, permíteme aliviar tu pena. Ahulizapan toma el Bô y este reacciona formando ondas luminosas de un azul intenso, pronto agua brota de la tierra y baña a Damasco, el techo se abre hasta que se nota el cielo, el agua parece tener otra consistencia y eleva a los dos personajes con cuidado hasta el desierto, la arena mojada cede hasta que se forma un gran charco, la cara felina se torna humana, sus facciones finas y en color esmeralda se muestran. Damasco se siente aliviado, una aliada poderosa se unirá al campo de batalla para preservar el equilibrio armónico. La madre tierra muestra su alegría y un sonido de júbilo se trasmite por todo el desierto de Chihuahua. - Filulu, protege nuestro hogar hasta mi regreso. Damasco queda en medio del lago recién nacido y camina hasta la orilla, mientras la mujer vuelve lentamente a tomar la figura del puma. - Humano, tienes suerte de tenerme como aliada. Nuestros enemigos son poderosos y desalmados. Espero que cuentes con algo más que tu gran resistencia y fuerza espiritual. - Descuida Diosa de las tierras áridas dice confiado , tengo algo más. - Entonces sube a mi lomo, tenemos mucho camino que recorrer. Damasco monta a Ahulizapan y se pierden en la noche. Cada pisada de la deidad deja trás de sí la semilla de un nuevo río, su origen: la cueva hogar del puma. 1 En algunos pueblos indígenas se hace un rito en donde se trasfiere la vista de un hombre hacia la de una Iguana. ² Dios mundano que cuida de los viajeros. ³ Bach: Dios protector de los débiles físicamente; Nach: Dios protector de la verdad. 4Palabra de origen indígena que se compone del sustantivo Ahuializtli, que significa alegría y la preposición Apan que significa "en o sobre el agua".
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Escrito por creadordemundos ( Offline), el 26 de enero de 2010
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