A mi tierra

En campos secos yo me hallo,
llorando, cantando y hasta soñando;
cruzo el mundo y no batallo,
porque muy dentro te sigo llevando.

Jamás pensé que aquí estuviera,
alejado de tu lluvia pizpireta;
no me basta una carreta,
para estar donde quisiera.

Una lágrima que sale
y parece no estar sola;
tu recuerdo ya no vale.

Tierra celta, dime hola;
sufro, lloro, dale y dale;
pues tu ausencia sí me amola.