LA ADVERTENCIA
Escrito por jomapare ( Offline), el 19 de agosto de 2009
Pedro se quedo en silencio después de la noticia de mi embarazo no deseado y continúo caminando, yo me sentí tan estúpida caminando tras de él como un perro de la calle esperando que algún extraño le aviente un pedazo de pan. Al fin le di alcance, estaba enojada. .-¿No dices nada?. Cuestione a punto de maldecirlo. .-Que quieres que te diga, simplemente no lo esperaba, no puedo creer que una maldita vez que ni disfrute me traiga tantos problemas. Dijo secamente y yo estaba a punto de explotar. Sus palabras me lastimaron pero eso antes de minimizarme me dio el valor para decir lo que yo sentía. .-¡Ah, solo fui eso para ti!, ¡¿Pues sabes qué? yo tampoco lo disfrute, creo que como amante eres pésimo!. -Pedro me tomo con fuerza de los hombros al grado de lastimarme. .-No vuelvas a decir eso, ¿okey?. -En su cara vi tanto odio que me dio miedo, ya no dije nada, me quede allí en la calle sola y tragándome el coraje, él siguió su camino. Pasaron cerca de dos semanas, yo no había dicho nada a mi madre sobre el embarazo, tenía mucho miedo, pero a pesar de eso nunca pensé en abortar a mi hijo. Fue esa noche de un sábado cuando tocaron a la puerta, salí a abrir y mi sorpresa fue enorme al encontrarme a Pedro con un enorme ramo de rosas rojas. No dije nada, solo lo mire con tristeza recordando lo que me había dicho, trate de cerrar la puerta y él me detuvo. .-Perdóname, no supe lo que decía. Dijo casi suplicante. .-¿Crees que con eso se soluciona todo?, me lastimaste como no tienes idea. .-Lo sé, fueron cosas que dije sin pensar, quiero pedirte que te cases conmigo. .-¿Casarnos?, tú estás loco. Dije incrédula y aun enojada. .-No. Es verdad, ya lo pensé y creo que es lo mejor, nuestro hijo no puede nacer así, fuera del matrimonio, ¿ya se lo dijiste a tu mamá?. .-No. No he tenido valor para decírselo, pero no te preocupes yo puedo hacerme cargo de mi hijo aun sola. La voz de mi madre a mis espaldas me hicieron temblar de angustia, ella había escuchado lo que estaba diciendo. .-¿Qué estás diciendo? .- Pregunto muy enojada y yo no dije nada -¿Sara, estas embarazada?, ¿Es verdad lo que estoy escuchando?. Me arme de valor, ya todo estaba descubierto así que ya no valían las mentiras. .-Si mamá, estoy embarazada .-Pero no se preocupe Sra. Vamos a casarnos. Pedro se apresuro a continuar. Mi madre estaba llorando y ya no dijo nada, solo negó con la cabeza y se marcho, yo quise ir tras ella y Pedro me detuvo. .-Déjame, necesito hablar con ella. La profesora escuchaba atentamente mi relato, pero sé que aun no llegaba al punto central de lo que realmente había pasado, esto solo era el preludio y el porqué sucedieron las cosas. Esa noche hable con mi madre, le dije que efectivamente estaba esperando un hijo de Pedro, ella como buena católica y acostumbrada a la vida en familia se sentía lastimada, se negó totalmente a que fuera madre soltera, me dio todas las razones posibles que tenia y llego hasta el punto del famoso que dirán, sobre todo del Padre Roberto, su confesor. Esos días con más angustia que pena lo consulte con mis amigas del coro y es de suponerse que su opinión fue la misma: debía casarme. Nadie de la gente que conocía me dio un punto a favor, así cuando Pedro se presento en casa para tener una respuesta encontró un SÍ como respuesta. Los días siguientes fueron de preparativos rápidos, entre más pronto estuviera la boda evitaríamos que los rumores surgieran, sobre todo de parte de la familia de Pedro pues la nuestra era muy pequeña, mi padre ya había muerto, mi hermano ya radicaba en Estados Unidos y los pocos familiares lejanos que teníamos eran del Distrito Federal y como ni los frecuentábamos pues ya no los consideraba de la familia. Pedro se mostraba muy entusiasmado, al grado tal que me contagio su estado de ánimo y a los pocos días yo también creía que ese paso era el mejor que podía dar en mi vida. En poco más de un mes ya todos los preparativos de la boda estaban listos, claro, con la ayuda económica total de mi suegro y de los tres hermanos de Pedro, él era el segundo de los cuatro y aunque no era el más pequeño, era como la joya de la familia, a cada momento sus padres, sus hermanos y hasta cuñadas no dejaban de recalcarme que me llevaba al mejor de los hombres, sin vicios, trabajador, estudioso, guapo y sobre todo, no era mujeriego. En fin, faltaba cerca de un mes para la boda cuando ocurrió un pequeño incidente, era justo el tiempo para empezar a entregar invitaciones y quede con Pedro en que pasaría por mí a la casa para ir a recogerlas, la cita era a las seis de la tarde y él nunca llego, llame a su casa y me dijeron que hacía ya rato que había salido, todos nos preocupamos por qué no llegaba, fue hasta las ocho de la noche cuando llamaron de su casa que ya había regresado pero que lo habían golpeado y que por eso no había podido ir conmigo, yo me preocupe bastante y fui a su casa en compañía de mi madre. Efectivamente, Pedro estaba sumamente golpeado pero lo más extraño del asunto es que se negó a poner una denuncia y solo dijo que lo habían asaltado, aceptamos que no lo hiciera pero al menos yo sabía que algo más había pasado, la respuesta la recibí dos días después a la salida de una zapatería, me encontré con un compañero de trabajo de Pedro, llevaba la cara golpeada, eso se me hizo lo más extraño, yo no sabía su nombre pero recordaba perfectamente que él estaba presente en aquella fiesta a la que me llevo. Cuando le comente a Pedro del encuentro y que vi a su compañero golpeado él se limito a decir que era pura casualidad y evito de mil modos decirme algo, le dije que si se había peleado con él y después de tantas vueltas lo acepto, dijo que tenían muchas diferencias y que se encontraron en la calle y terminaron dándose de golpes. Cierta noche ya estaba a punto de dormir cuando sonó el teléfono de la casa, me apresure a contestar y me quede pasmada al escuchar una sarta de groserías en mi contra, pero no fue eso lo que me inquieto sino lo que dijo después: si te casas con Pedro te va llevar el demonio, tú no sabes con quien te estás metiendo, pobre estúpida, abre los ojos, te están viendo la cara de idiota. Por más que intente saber quién o porque me decía eso no me dijo nada y simplemente colgó, esa noche no pude dormir, pensaba una y mil cosas, la actitud de Pedro cuando se entero de mi embarazo y los golpiza recibida me hicieron pensar que tal vez estaba con otra mujer y que por eso lo habían golpeado, que esa mujer le había dicho a algún amigo de ella pará que me llamara y que me insultara. Pero si Pedro quería casarse conmigo era porque me amaba y porque estábamos esperando un hijo suyo. Que tonta fui. Se llego el día de la boda, yo como toda mujer estaba sumamente emocionada y mi madre aun más, parecía que ella era la novia. Esa tarde había estado lloviendo y cuando se detuvieron un poco las gotas salí de casa vestida de novia y sintiéndome como una princesa en un cuento de hadas; recuerdo perfectamente que al bajar del auto frente a la iglesia camine con paso decidido por la alfombra roja directo a mi destino que por desgracia seria de espinas y lagrimas.
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1
Escrito por jomapare ( Offline), el 31 de agosto de 2009
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Amaba a Pedro, eso no lo dudaba, quizá por eso olvide o quise pasar por desapercibidas aquellas situaciones que ponían en duda el amor que él decía tenerme. La misa de nuestra boda fue hermosa, oficiada por el padre Roberto, quien ... Leer mas
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