Ahuiani, alegradora,
para mi,
de nadie más.

Agotamos el mármol en el pasado,
tu cuerpo allá,
donde no volvemos,
nos arrastramos ambos, nos cargamos en la tatema,
lentos que nos hacemos,
desnudos permanecemos en la humedad primera que nos brindamos.

Te amo placer, ahuiani, alegradora,
tu piel rota,
el mármol estrellado,
la virilidad que cae de Tlatecatzin,
tu cantor, tu escritor,
te amo ahuiani, mi alegradora,
te enfrentas a mi,
ardes en mi ha noches,
desde el cantar de tus esencias de amor
de tus jugos de amor,
como te digo alegradora
me enciendes
me consumes como al fénix
renazco de tu incandescencia
fluyo a tu interior
me multiplico y broto
en el llanto primero de espanto
por conocer el mundo en otro yo
diferente yo que concebimos
para romper el mármol de tu infancia.

Para ti
Yo Taltecatzin
Tú ahuiani
Mi alegradora, he escrito tu canto.