El Licenciado Martínez
Escrito por yacko79 el 23 de septiembre de 2007
Es una noche lluviosa de septiembre, el tráfico que se aglutina en la Avenida de los Insurgentes es imperdonable, casi tanto como tu abandono. Tal vez si me hubieras dejado una nota aunque fuera por cortesía pero la chismosa de la vecina fue la que me avisó que te fuíste en un Honda Civic blanco con rines cromados, casualmente igual al de tu jefe, el licenciado Martínez. Ése calvo de mierda que seguramente con su cuerpo sudoroso te esta tentando por todos lados... hijo de puta. Éras mi mujer Georgina, ¿Desde cuando lo dejaste de ser? y lo peor es que con esa pregunta me quiero engañar por que realmente lo nuestro fue una llamarada. Éres hermosa y joven y querías irte de tu casa y yo que estaba escaso de amor, caí en tus brazos. Siempre mencionabas lo terrible que éra tu hogar y que ya querías largarte de ahí y yo en el peor papel de mi historia me puse la armadura y me monté a un caballo y fuí a rescatarte proponiendote matrimonio. Maldita perra... no tengo nada, solo querías largarte. Aquí frente al volante, pienso en tí y en las patadas que quisiera darte hasta que tu cuerpo se volviéra una llaga sangrante y me pidiéras perdón por todo lo que me has hecho y negártelo por más que me suplicaras. Pero lo triste es que no tengo apuro por llegar a casa y sin embargo este tráfico me está matando. Quisiéra mandar todo a la chingada y salir corriendo a buscar al licenciado Martínez y meterle dos plomazos en su pelona... maldito. Soñar no cuesta nada.

Llego al departamento, miro el reloj, ya pasan de las diez y para el colmo me diéron trabajo para traerme a casa. Abro el refrigerador y solo hay dos pinches manzanas. Con desesperación voy a la alacena en busca de una lata de atún pero mi busqueda no es fructífera, como sea, estoy jodido y agotado, hace dos días que no duermo así que hoy podré dormir y la pertinás llovizna quizás me haga un poco de compañia.

Son las nueve y media de la mañana, no sonó el maldito despertador... ni lo puse. La mañana es gris, de esas que parecen no tener fin. Me levanto de la cama y busco el periodico no hay nada que me interese hasta que llego a la sección de anuncios clasificados, una prostituta ofreciendo sus servicios las 24 horas ¿En donde dejé el telefono?

continua en capitulo 2

 
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Escrito por yacko79 el 02 de octubre de 2007
· Leído 32 veces · Sin comentarios · 6 pasajes debajo
Tengo el teléfono en la mano y me paseo por la sala con la idea dudosa de marcar o no marcar. Después de lo que he pasado creo que me meresco una diversión, prefiero en estos momentos pagarle 500 pesos a esta nena que irlos a tirar ... Leer mas


 
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