Anoche fue una de esas noches que quisiera se repitieran más a menúdo. Estoy echado en el sofá viendo la tele pero mi mente está en Victoria, ¡qué noche me dió! Su perfume todavía lo siento como si ella estubiera a unos cuantos centímetros de mí casi casi, siento un susurro de placer que viene de su boca enchinandome la piel. Ayer, mientras veníamos de regreso me dijo Enrique que a Victoria yo le gusté, que no tan facilmente le dá las nalgas a un completo desconocido y me dijo que tenía futuro con ella. Es entusiasmante para mí que una mujer como ella yo le sea atractivo sin ningún interés que vaya más allá de solo tener buen sexo. Hasta se me quitarón las ganas de seguir viendo películas porno, creo que tendré que tirarlas a la basura. Anoche Victoria fue de fantasía con solo pensar en lo que viene me estremesco y siento una relajación placentera en mi cuerpo.

Hoy creo que me quedaré todo el día en casa relajandome sabiendo que vienen momentos intensos en los siguientes días. Me paro al refri por una cerveza bien helada, la destapo, le doy un sorbo y en ese momento suena el timbre, alguien está llamando, seguramente ha de ser Enrique, seguro se quedó sin chelas y ya viene a darme baje...

¡Daniela! no esperaba tu visita pensé que ya no volverías... Así es, Daniela estaba parada en mi puerta nuevamente y no sabía que hacer casi me había olvidado de ella, casi.

Le invité una taza de café y la pregunté por qué no me buscó, que teníamos un trato y de pronto se desaparecía. Sus lagrimas solo atináron a desbordarse de sus lindos ojos provocando llanto con pesar. La abrazé, le pregunté que es lo que pasaba, por qué venía así, destrozada. Despues de unos minutos logré tranquilizarla y le pido que me cuente que es lo que le sucedió. Con tristeza me confieza que su padre fue hayado muerto cerca de su casa y que en su cuerpo había signos de tortura y el tiro de gracia. ¡Carajo! ¿Qué podía decirle respecto a eso? Me dice que quiere matar a esos hijos de puta y que si aún cuenta con mi ayuda. Me necesita, las cosas se pusieron serias y quiere darles fin a esos cabrones ¿Que hago? nunca he empuñado un arma y además eso es problema de ella pero eso ahora no se lo puedo decir porque me da temor que haga una locura por lo cual le propongo que nos veamos mañana para idear un plan para acabar con ellos. La verdad solo quiero ganar tiempo, pués no sé que hacer. Involucrarme en esto podría ser un error de fatales consecuencias. ¿Soy capaz de matar?

Continúa en capítulo 9