La pistola está sobre la mesa del comedor. Los 12 cartuchos descanzan a un lado. Con nerviosismo observo la escena, simplemente no puedo creer que haya ido a Tepito a comprar el arma para satisfacer la venganza de una mujer que solo he visto en un par de ocaciones ¿Qué chingados me está impulsando a cometer estas pendejadas? Me resulta inexplicable la respuesta, no sé, tal vez es que esos judiciales la violaron o el que hayan matado a su papá o quizá tu lindo cuerpo Daniela que dan ganas de roer hasta los huesos con un instinto desefrenado que se apodera de mí cuando te veo. No tiene nada que ver el amor entre nosotros, solo quiero que estemos desnudos y tenerte entre mis brazos sintiendo todo tu cuerpo en sincronia conmigo en una calida demostración de simpatía mientras te penetro con demencia y sintiendo toda tu piel por debajo de la mía... Así esta el pedo, estoy en una buena bronca y yo solito aprieto cada vez más el nudo de la soga que me puse en el cuello esa mañana que me diste a probar de ti en el momento en que estaba desolado por el abandono de Georgina, que triste... todavía lo estoy. Daniela necesita que la rescate también, estoy en la misma mierda de hace no mucho. Yo soy al que necesitan rescatar. Comprar la pistola fue una pendejada, perdoname...

Durante el resto de la semana no estuve para nada en mi departamento, simplemente me sali a manejar mi coche por la ciudad sin ningún destino en específico. Le vendí mi celular a un tipo. No quiero que Daniela me encuentre, además ya no quiero pensar en absolutamente nada, sin embargo, siento que me esta llevando el carajo. Tal vez pueda esconderme de ti Daniela pero yo tengo que cargar conmigo mismo y es un peso que cargo y me lastima las vértebras que están en lo mas profundo de mi corazón ¡Ay Georgina! Ni te imaginas el daño que me has hecho, me has destrozado la vida, mis ojos ya no soportan esta presión, busco donde estacionarme y acto seguido me pongo a llorar...

Despues de un rato veo el reloj, me eché cerca de una hora, mi cara esta toda batida pero mi ánimo respira por un momento. Tengo que pensar que voy a hacer con mi vida porque todo es un desorden, tal vez si busco un buen trabajo en donde el ambiente laboral no sea tan denigrante como en el que estuve o poner un negocio con lo que me dieron. Voy a pensarlo bien pero mas tarde ahorita tengo hambre, voy a pasar con Pedro a echarme unos tacos y depues busco a Enrique para que me contacte con Victoria... sí que esta hermosa esa mujer y parece que no necesita quién la rescate.

Continúa en capítulo 10.