Lucha a muerte en Fraga Canyon
Escrito por fishburne ( Offline), el 07 de octubre de 2007
Por tres veces se escuchó nítido el canto de un tecolote,y fué entonces que Jim Somontano,el marshall de Fraga Canyon,salió galopando como una centella sobre su caballo pinto desde detrás del farallón y se lanzó entre los indios pima,que le recibieron con una lluvia de mortíferos tomahawks. Un gemido ahogado se escapó de la nívea garganta de Miss Clawthorne,que se echó al hombro el Winchester del 34 de su padre,el coronel Horatius Clawthorne y disparó,con tan mala fortuna que derribó a Toast Beans,el appaloosa que montaba Jim,cayendo este a los pies de los guerreros piel rojas.Su ajado Stetson de piel de gamo no pudo librar a su rubia cabeza de la inconsciencia,al golpear el occipucio con violencia contra una roca de arenisca filosa,que allí junto estaba.Los indios lanzaron el ulular de la victoria y alzaron sus arcos festoneados al unísono,satisfechos de haber capturado vivo al mas poderosos de sus enemigos,aquel al que llamaban Narices Felices,por la expresión placentera que afloraba a su rostro curtido por el sol y bordado de cuchilladas en defensa de la ley y el orden,cuando olía el guisado de cordero que Mistress Chucena,la dueña del Coyote Bar cocinaba los domingos y días feriados. Aún no se habían extinguido los ecos del grito de guerra que reverberaron durante unos segundos interminables en las paredes del Snake Canyon cuando una nube de flechas oscureció momentáneamente el cielo del mediodía y dió comienzo la batalla decisiva que enfrentaba al hombre rojo y a los caras pálidas por el control del territorio de Piscanooga River. Mientras tanto,a muchas millas de allí,tres jinetes cabalgaban sin descanso desde antes del alba,turnándose sobre otros tres caballos de refresco que cada uno llevaba atado a la grupa de la silla con una larga rienda de cuero trenzada,a la manera de los apaches mescaleros.Cada hora,el jinete que guiaba el grupo levantaba la mano izquierda con el puño cerrado y a esta señal cambiaban de montura sin detenerse,con una extraña habilidad para tratarse de hombres jóvenes,apenas unos papooses. Al cruzar al galope el lecho pedregoso de un río seco,una detonación sonó desde atrás de un enorme saguaro de tres brazos y el último jinete cayó del caballo sin que un sonido brotara de sus labios.Sus caballos se espantaron y salieron de estampida,mientras los otros dos jinetes agarraron al unísono del cabestro a los suyos y pusieron pie a tierra a cubierto de un frondoso azofaifal que crecía por doquier en aquel desierto.El que parecía ser el jefe fijó su mirada penetrante en el cactus que encubría casi por completo una tenue nubecilla de humo y sacando un colt 45 del bolsillo de la faltriquera disparó cuatro veces en rápida sucesión.El tronco del saguaro acusó los impactos y se partió en dos,arrojando chorros de agua y savia verdosa en derredor.Un gritó brotó de una figura que apareció trastabillando y agarrándose el cuello con ambas manos,tintas en su propia sangre.Dió uno,dos,tres pasos hacia adelante y cayó de bruces al suelo. -¡Damnation!-dijo con voz ahogada y un pesado silencio siguió a sus últimas palabras.
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