No sé como comenzar, pero empezare diciendo como está el tiempo hoy.
Son las 5:30 de la tarde el cielo ya está nublado y gris; parece que lloverá pues ya he escuchado como truena el cielo. Hoy se m removieron los sentimientos y mis sueños también, hoy he recordado aquéllos viejos anhelos de la infancia…pero k siguen en pie hasta ahora.
Cuando era pequeña soñaba con varias cosas una de ellas era triunfar como estrella y la otra que era igual de importante era el patinaje, con decir que llegaba a soñar que patinaba en hielo, me deslizaba como seda, sentía k volaba, me veía rodeada de hielo y nieve; me sentía tan libre. No sé si sean los típicos sueños de las niñas; pero el mío siempre iba más allá de eso y sigue siendo así.
Aun recuerdo, a la edad de 8 años yo estaba estudiando canto, danza y actuación, y por las tardes patinaba…
Había ensayos, presentaciones, diversión, cosas fáciles y cosas difíciles; había nerviosismo en cada paso, en cada nota…Era muy chica, solo eran presentaciones pequeñas, pero aun así se sentía como el nerviosismo corría por mi cuerpo.
Pero fui creciendo y con ello mis responsabilidades, pase a la secundaria y con ello crecieron las tareas, la responsabilidad y claro los horarios. Poco a poco me era más difícil cumplir en la escuela artística, hasta llegar al grado de tener que dejarla. Crecí además y las oportunidades de estar en ella ya eran imposibles, tenía que irme a otra porque mi edad ya era de adolescente y no de niños como lo era esa escuela.
La escuela que yo quería era muy cara y era doloroso pasar afuera de ella y ver a los jóvenes ahí logrando un sueño que también soñaba yo…y eso hasta la fecha de hoy siento.
El patinaje se acabo, ya no había tiempo de salir una buena tarde a patinar, además mis patines quedaron desgastados y esos momentos mis padres no me pudieron ayudar o simplemente se hicieron difíciles de conseguir. Me mude de casa años más tarde, me mude y así creció más mi responsabilidad aun. Empecé a trabajar, deje la escuela, el canto, la danza la actuación y con ello el patinaje.
Ya no había descanso para mi, ni tiempo para ponerme a soñar.
Aun en mi corazón vive la esperanza que un día, solo un día tenga la oportunidad de hacer realidad mis sueños, patinar sobre hielo.
Si en algo me desahogaba mi frustración por no poder bailar era en las discos de la escuela, pero también desaparecieron…todo lo bueno no dura para siempre.
En estos momentos, así nublado y lloviendo me dan ganas de salir corriendo, mojarme en la lluvia y olvidarme del cansancio, las responsabilidades, el miedo, el dolor, el fracaso; reírme sin parar y ni siquiera saber porque.
Me gustaría quedarme un día en medio de un campo una tarde nublada, ahí acostada mirando al cielo, sintiendo el viento sobre mi cabello, ver llover sobre mí y mirar a las estrellas… alejarme de todo y de todos.
Siento que renuncie a muchas cosas y ni siquiera sé porque; pero un día me levante y todo lo que había soñado se desvaneció...fue eso, un sueño.
No me arrepiento, ni me lamento de mi vida que llevo; al contrario me ha hecho una gran persona y he aprendido muchas cosas…pero a qué precio.
Es inexplicable decir cómo me siento porque es una necesidad de vivir lo que describí, una nostalgia que invade mi cuerpo… mi corazón se arrodilla ante Dios para rogarle algo que no sé cómo definir.
Este no era mi tiempo, pero he caído aquí por una buena razón que aun no logro descubrir.
Espero un día irme lejos de aquí y empezar de nuevo, olvidarme de muchas cosas que aun viven en mi y causan dolor en mi corazón.
Un lugar donde no tenga pasado, solo presente y futuro, un nuevo comienzo.