La noche era fría, me fumaba un cigarro mientras merodeaba las calles del centro de la cuidad, estaban todavía más populosas que de costumbre a causa de la época decembrina que recién comenzaba y las vendimias por las calles principales no dejaban caminar con soltura pero eso es lo que menos me preocupaba. En mi mente solo estaba esa dirección y el cuerpo que reclamaron. Debía ir a la morgue esa misma noche pero no sabía si se podía confiar en Ernesto, talvez si mejor me reportara enfermo y no fuera esa noche al diario podría ser una opción pero pagarle a un taxi para moverme a esas horas de la noche no estaba dentro de mis posibilidades económicas, solo Ernesto me podría echar la mano en ese aspecto y tendría que soltarle la sopa. Ni modo.

A las 21:30 horas nuevamente llegaba Ernesto a la redacción con buen ánimo a pedir las llaves del coche e inmediatamente marcharnos a buscar algo de sangre. Mientras íbamos rumbo a la comandancia le platiqué lo sucedido anoche y lo de la morgue, Ernesto quedó enteramente sorprendido:

-!¿Seguro que no me estas contando un cuento!?

-No, no es un cuento. Esto es puritita realidad, dificil de creer ¿no?

-No es dificil de creer el hecho, lo que es dificil de asimilar es que en tu primer noche te hayas topado con semejante cosa. Dices que tienes una dirección, ¿Cúal es?

-Ya la tengo grabada en mi memoria, es en el sur.

-Pues creo que la comandancia puede esperar.

Nos movimos hacia el sur de la ciudad hasta llegar a una zona recidencial exclusiva. Yo no sabía que alcance podría tener esto y creo que Ernesto tampoco se lo imaginaba pero él sabía que terrenos pisabamos y lo cautelosos que debíamos ser:

-Nos vamos a estacionar aquí Genaro. ¿Ves esa casa que está totalmente bardeada? Esa es tu dirección. No es casa del senador, es una de las casas de las que se le conocen a Carles Harb.

-Carles Harb... ¿Estas seguro?

-Sí, el multimillonario. Estamos hablando de alguien bien poderoso que tiene que ver con un homicidio. Esto es algo grande ¿quieres continuár en esto Genaro?

-Sí, es lo que he estado buscando toda mi vida.

-No sabes ni lo que dices mano. Mira, vamos a hacer lo siguiente: No le digas a nadie pero ni una sola palabra debe escapar de tu boca ¿Entiendes? Esta mierda en la que estamos es de gran magnitud y debes callarlo o nos puede costar caro.

-Estoy de acuerdo pero debemos hacerlo público, debemos informar a la gente que es lo que esta pasando.

-¿Qué le vas a informar a la gente? ¡¿No te das cuenta que aún no tenemos absolutamente nada!? No seas ingenuo ¡Por favor! Mira yo sé que te entusiasma tener esta noticia entre tus dedos pero debemos ser prudentes y quiero que te metas eso en la cabeza, por tu propio bien y por el mío.

-Entiendo... Quiero seguir investigando para ver hasta donde me conduce este asunto, quiero ver que hay detrás de todo esto.

-Yo también Genaro... estamos los dos en esto y que de aquí no salga nada ¿Sale?

-Sale. Pero dime, ¿Como le vamos a hacer para investigar si no le podemos decir a nadie? Es decir tú tienes tus contactos y...

-Eso déjamelo a mí, voy a ser prudente en lo que haga y pregunte y tu mientras tanto averigua que pasó con el cuerpo en la morgue y no hagas preguntas de más, debes ser sutíl, tienes el talento. ¡Ja, ja ,ja!

-¿Por qué ries?

-Porque yo había estado en busca de una historia grande en casi una decada y tu en un par de meses te encuentras con este caso. Como es la vida ¡Caray!

Aquella noche Ernesto y yo nos compenetramos con este caso, pero más que nada era el inicio de lo que sería una gran amistad con todo y sus consecuencias.


Continúa en capítulo 5