Continuación del SEGUNDO CAPÍTULO
Escrito por martins (Desconectado Offline), el 12 de octubre de 2009
...Me dieran ganas de soltar un alarido cuando Bowley me lo dijo...
_ Y lo hiciste. Llegué a oírlo _aseguró Alarico con lo que hubiera resultado un mohín más o menos infantil, de haber tenido aún figura de muchacho.
Sara se tumbó de espaldas y miró distraídamente hacía el dosel susirrante que formaban encima de ellos las hojas de los tilos. Era una especie de tacho lleno de orifícios, a través de los cuales, y merced al continuo movimiento de las ramas, podían verse pedacitos de cielo azul. Cuando uno miraba hacía allí durante cierto tiempo, pensó la niña, podía ver toda clase de cosas. Un amistoso ananito que llevaba un sombrero puntiagudo, y cabalgaba a horcajadas sobre un erizo lleno de pinchos. Luego !Sahhsh!, el viento sacudia las ramas. El gnomo desaparecía, y en su lugar se presentaba una casa diminuta con una larga y torcida chimenea, o un dragón verde y escamoso, o una astuta y vieja hechicera, una bruja montada en el palo de su escoba cabalgando por el espacio...
_Quisiera que procurases escucharme, Sara _manifestó un tanto fastidiado Alarico_. No sé de qué sirve decirte las cosas cuando estás medio dormida... Tras lo cual se levantó sobre las cuatro patas, y llegado a un viejo sepulero, bastante grande por cierto, se estiró, colocándose confortablemente encima de la losa, apoyado en la lápida que emergia de la hierba. Era un cálido asiento, en verdad. Sara le siguió, bostezando sin disimulo. !Claro! Asi ya podía Alarico... a nadie le extrañaría verlo descabezando una siestacita a cualquier hora del dia. La gente lo consideraría de lo más noemal, pero ella, por su parte, estaba la jornada entera tratando de recuperar el sueño perdido por sus andanzas nocturnas, asi que... _lo que queria decirte es esto _ prosiguió Alarico_. Cuando se tiene un secreto, como entre nosotros dos ahora, hay que vigilar la lengua y usar a la vez el cacumen. Ya sé que los visitantes de marras nos van a dar algo la lata, pero, de veras, Sara, tienes que procurar no excederte...
_!Esto te irá bien a tí! _estalló la aludida dando rienda suelta a sus pensamientos, y exponiendolos en voz aguda_. !Todo lo que tienes que hacer es disfrutar de la vida, y andar por ahí, roncando al sol en cuanto te apetece, ¿no es asi? !Si tuvieras que hacer más trabajo, y luego estar todo el dia muriéndote de sueño, ya veríamos!
_!Quejas! !Quejas y más quejas! _indicó Alarico con tada calma. _Siempre lo mismo, estas mujeres!
Un delgado gorrioncillo aterrizó en la hierba, al lado mismo de la lápida sepulcral. Volvió la grisácea cabecita hacía donde sonaba la voz, y anduvo por allí dando minúsculos saltos. Alarico le observaba plácidamente.
_Es curioso _indicó_, pero no me agrada la idea de hecharle el guante. Y tampoco me gustan los ratoncillos. !Con los que hé llegado a ver circulando por la casa durante toda la noche pasada! Incluso habia uno debajo de tu misma cama, Sara...
_No me importa _aseguró la niña, un tanto hurañamente. _Me gustan todos esos bichos.
_Y en cuanto a la comida para gatos que Bowley puso esta mañana en el plato de "Satán", !Puah! !Qué asco! !Como olía aquel pescado! De deras que me estaba poniendo enfermo. ya sabes cómo me repugna a mi cualquier clase de peces...
_Tendrías que darme las gracias. Me las arreglé para birlártelo cuando nadie miraba, y lo he llevado al desván para el mínimo de veras. El pobre "Satán" tenía tal hambre que por un momento creí íba a merendarse también el plato. !Pobrecillo!
_Si, es lástima que hayamos tenido que encerrarlo, pero asi son las cosas de la vida. No podíamos tener rondando dos gatos identicos, negros los dos. Bowley podría haber tenido alguna sospecha... _Se retorció los bigotes, relamiendose sólo con recordarlo.
_!Vaya pedazo de riñones y bistec que me pusiste, Sara! M-m-m-m-!, creo que me zamparia otro tanto ahora mismo...
_¿Que te puse? !Que robé para tí, qurrás decir! Si me llega a pillar in fraganti Bowley, de seguro le da un ataque. Le habria ido en el acto al abuelo con el cuento.
Alarico lanzó una carcajada. Algo muy curioso, porque estaba a medio camino entre una tos y un resoplido.
_¿Qué es lo que te hace reír tanto?
_!Oh, nada! Estaba simplemente pensando. Oye, fijate, la pobre Bowley, y el abuelo igual, siguen creyendo que estoy con Tim Derry en cranschaw. Y sin embargo, aqui me tienes. Ante sus mismisimas narices, mas o menos. !Cielos! !anda que no se armaría jaleo si llegan a enterarse ellos del asunto!
_!Y tanto! Me parece que conseguiste la invitación para pasar unos dias con Tim. justo cuando nos hacía más falta...
_No lo sabes bien. Es algo incrible, haber tenido tanta suerte. Tim me habló del asunto en la escuela, por supuesto, poco antes de empezar las vacaciones pero la verdad es que se me había olvidado por completo su invitación. Si no me llega a mandar aquella carta, hubiera tenido que pensar en alguna otra cosa; para explicar mi desaparición, quiero decir...
_Pero ¿no le extrañará a Tim que no aparescas por su casa?
_Nada de eso. Ya pensé en ello antes. Le he mandado una trajeta postal diciendole que no me sentia bien por ahora, y que ya aparecería cuando volviera a estar en condiciones normales...
_!En condiciones normales! _Sara soltó una risita cómplice. _!De veras que ahora no es el momento oportuno para el viaje! Desde luego, eres astuto, hermano _agregó con sincera admiración. _Estás en todo.
_!Bah! _repuso el interesado, sin poder ocultar pese a ello su agrado. _Cuando llega el momento de meterse en honduras, no se puede descuidar el menor detalle; no hay que dejar cabos sueltos. Eso es todo. Y ahora escucha, Sara: te daré unas cuantas instruciones más. _Las fue subrayando con el movimiento de sus uñas_:Número uno: no dejes que esos chicos sospechen lo más mínimo. Dos: nada de trucos ni de rabietas. Y, tercero, deja de una vez de llamarme Alarico. Ahora soy "Satán". que no se vaya a olvidar. Veamos, ¿quien soy yo?
_Eres "Satán" _afirmó Sara en tono sumiso.
_Oye, Alarico, digo "Satán", y de esa chica, del carlos ése que se va a quedar aquí, ¿qué hay?
_No puede llamarse carlos, boba, eso es nombre de chico.
_Bueno, pues Bowley dijo "Carlos", y supongo que ella sabrá lo que dice. No, no, espera un segundo... yo sé, no era Carlos. La llamaba Carlota, eso es.
_¿Te das cuenta?
_Bueno, pues el caso es que va a dormir en mi habitación. Y tu me dirás cómo voy a poder escaparme cada noche sin que...!Fijate, Ahí viene la dichosa Bowley!Seguro que viene a buscarme pera ir a casa cuando lleguen las visitas. !Está lista! !Rápido, al otro lado de la cerca!
Sara gateó hasta el otro lado de la valla que separaba el conjunto de edificios, prados, etc...del recinto catedralício propiamente dicho. Era ágil como un mono, y se tiró de cabeza al lado opuesto, agerrándose a la añosa y fuerte yedra que cobría por allí el muro. Alarico la siguió, y, ya reunidos, se escondieran entre los espesos arbustos.
La niña se vio acometida por una risa nerviosa, y tuvo que taparse la boca para contenerla . Habían oído los pasos de Bowley que se detenían al llegar al muro. Luego se hizo el silencio, apenas interrumpido por el zureo de las palomas, encaramadas en lo alto de la catedral.
_!Bueno! !Es el colmo! _oyeran exclamar a Bowley.
Sus pasos se alejaran. Sara abandonó su esconderijo en el matorral.
_!Ja, ja! !La estúpida esa!...Bueno, es el colmo! _la imitaba burlosamente.
Sus ojos verdes relampaguearan con malícia. Adoptó un aire travieso, mientras Alarico estiraba una desdeñosa pata para sacudirse de los flancos las hojas que habían quedado adheridas a su reluciente pelaje.
_¿Y qué se siente? Bueno, quiero decir, ¿como te encuentras de gato, Alarico?_ proguntó la niña con curiosidad extrema.
_No está mal la cosa _contestó el muchacho, quien siempre se había tomado las cosas de este mundo con notable calma. _En el fundo me divierte horrores, excepto por el hambre que estoy pasando, claro es. Toda esta zona inmediata a la catedral es fantástica para los gatos. Está plagada de agujeros, entradas, salidas, pasadizos, gateras, ya sabes. Y luego, con tantos matorrales para prepararle una emboscada a los gorriones...al que la guste, desde luego. Y montones de hermosisimos antepechos de ventanas para descabezar una siestecilla al sol. !Eso ya me gusta más! Es una pena que el chantre y los cantores del coro no se hayan ido todavía de vacaciones. Ya me han hecho salir pitando de alli lo menos tres o cuatro veces. En fin, por lo demás lo paso estupendamente.
Solo hay una "pega"... !Euhh!...¿Oye, Sara, no llevas encima nada de comer? _finalizó su relato Alarico con evidente ansiedad.
Sara buscó en el bolsillo de su chaqueta tipo blezer, y extrajo un caramelo con aspecto de escasa novedad, se diria incluso que un poco usado, asi como un largo tallo de regaliz en rama.
_Ahí tienes. Eso es todo lo que llevo por ahora.
_!Hum! !Magnifico! De momento me has salvado. Alarico cogió la regaliz y empezó a jugar con el palo como si se tratara de un ratón, sin dejar por ello de chupar un extremo ávidamente.
Sara soltó una carcajada.
_!Tienes una pinta de lo más cómico! Oye, y a propósito, cuando hayas terminado, ¿no crees que sería una buena idea acercarte a espiar el terreno? Asi podrías ver lo que pasa y hecharías una ojeada a esos chicos para ver qué aspecto tienen._ Tras proferir una risa de circunstancias, siguió diciendo_:!Menudo susto se llevarían si supieran quién eres de verdad!
Alarico erizó el lomo, sacó las uñas a relucir, y puso cara de gato sin especiales dificultades.
_!Aqui llega "Satán", el siniestro espía _silabeó.

 

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Escrito por martins (Desconectado Offline), el 16 de octubre de 2009
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