Capítulo Tercero: LOS VISITANTES
Escrito por martins ( Offline), el 16 de octubre de 2009
Hacía mucho tiempo que Jonatán no viajaba en tren, pero ahora, después de tres horas de camino, incluso el interes de las estaciones llenas de gente, de los túneles largos y obscuros, había perdido su encanto. Ya no le divertia contemplar las lineas telegraficas que corrían paralelamente a la via, subiendo y bajando sin cesar. Tampoco le hacían gracia, tras varias horas de viaje, las divertidas cabriolas y juegos de unos pájaros grandes, cuervos y grajos, que daban la impresión de volar hacía atrás, con las plumas de la cola puestas de forma especial, conforme el tren expreso corría raudo hacía su destino. Bostezó: _Lástima que papá no haya podido traernos en el coche. Carlota, su hermana gemela, de doce años por tanto, levantó la mirada del libro que estaba leyendo: Flores salvajes de las islas Britanicas, y indicó: _pero entonces Pedrito se hubiese perdido este recorrido en tren. Recuerda que nunca antes había viajado por ferrocarril. Dirigió una sonrisa al asiento de enfrente en el que se hallaba su hermanito de apenas cuatro años, Pedro, con la mejilla derecha sumamente hinchada a consecuencia del caramelo que estaba chupando. Sus ojos azules relucían bajo la enmarañada cabellera color castaño claro. Pedro se paracía a su padre, en tanto los dos gemelos habían salido, sin duda alguna, a la madre, con su pelo rubio dorado. "Ch-ch-ch-ch-ch-ch-ch..." El ruído que hacía Pedrito subiendo y bajando en su asiento, levantando oleadas de fino polvillo. Estaba tratando de imitar los ruídos de la locomotora que arrastraba el convoy en que viajaban. _Te vas a ahogar como sigas así _le advirtió su hermana_. No me explico cómo lo resiste _indicó, hablando de costadillo con Jonatan, el mayor de los Vanghan. _Si papá hubiese podido traernos _insistió este_ podíamos haber venido por warwick. Siempre me ha gustado el castillo de Warwick. Carlota se hechó a reír. No porque se sintiera demasiado animada interiormente _incluso empezaba a preocuparle lo relacionado con la enfermedad de su madre, y eso de dejar sólo en casa al pobre papá_ sino para mantener la moral del grupo que formaba con sus hermanitos. _No te preocupes. Allá donde vamos tendrás todos los edifícios viejos que quieras: castillos, iglesias antiguas, etc. Hay incluso una catedral muy importante. Y la tia Carry nos decía en su carta que la mismísima casa en que ella vive tiene más de cuatrocientos años. Está en la zona de la catedral. Ya verás cómo puedes tomar montones de apuntes, y pintar todo lo que quieras. Jonatán quedó pensativo durante unos momentos, chupándose con fruición el labio inferior. _Me hubiera gustado más quedarme en casa _afirmó al cabo_. Pero no creo que entonces las vacaciones hubieran sido algo que valiese la pena. Con mamá en la clínica, y papá teniendo que trabajar todo el dia... Carlota dirigió a su hermano una mirada de advertencia. Pedrito estaba aún más bien enfurruñado por haber tenido que abandonar a sus padres, y su hermana llevaba horas intentando distraerle, para que, al menos de momento, no pensara demasiado en ambos. Por fortuna el niño ni siquiera oyó lo que había dicho su hermano mayor. Estaba mirando por la ventanilla, contento y felíz viendo una docena o más de camiones, enormes y pintados de azul, que esperaban a la puerta de una fábrica ante la que el tren cruzaba en aquel preciso momento. Pedrito coleccionaba coches en miniatura, y no le gustaba separarse de su colección, que viajaba con él en una vieja maletita, a su lado, en el mismo asiento. Carlota echó una ojeada a las tres maletas que llevaban, dos de ellas más bien grandes: la suya, la de Jonatán y la de pedrito. _Menos mal que papá mandó por delante el resto del equipaje nuestro, ¿no te parece? _observó_. Entre los cochecitos de Pedro, mis libros, y todos tus bártulos de dibujo, las pinturas, los blocs, el caballete plegable y lo demás, nunca hubieramos conseguido arreglárnoslas solos. _Ha sido una buena idea traer algo con que entretenernos _comentó por su parte Jonatán, dando golpecitos cómplices a su equipo de pintar_. Tia Carry es mucho mayor que papá. Apuesto a que no ha visto ningún chico durante años y años. _Eres un zoquete, Jonatán. Ya te lo he repetido un par de veces: hay dos chicos allí. Viven en la misma casa que la tia. Lo dice en la carta que le escribió a papá. Te la voy a enseñar. Carlota empezó a rebuscar algo en su bolso de mano. _Ahí lo tienes. Desdobló varias hojas de papel de escribir azul en tanto Jonatán miraba por encima de su hombro. _!Vaya escritura! _exclamó el muchacho_. !Apuesto a que es una vieja con cara de pocos amigos y ropa que huele a naftalina! Igualito que la tia de smither. Fuí una vez a tomar el té a su casa...! !Y tenía una pinta, la buena señora aquella...! _!Jonatán! _Carlota reía de buena gana_. !No puede ser tan vieja! Al fin y al cabo sólo es la hermana mayor de papá. Se llama Bowles de apellido, y es viuda. Tiene un chico, ya mayor, que estuvo enrolado en la marina: Harry es su nombre. papá me ha contado bastantes cosas sobre ellos. Escucha lo que dice. La niña empezó a leer en voz alta la carta de su tia carry. !Los niños serán bien venidos. Esto es muy tranquilo, pero espero puedan buscarse sus propias diversiones. El señor Hublle pasa la mayor parte del dia en sus habitaciones desde que se retiró. Harry lo lleva en el coche, de vez en cuando, a visitar a sus amigos, y también suele asistir a las funciones religiosas de la Catedral, aunque en realidad la mayoría del tiempo se dedica a escribir. Va por su tercer libro. Me parece que es algo sobre la historia de la Catedral. En cuanto a Harry, vive con nosotros y ejerce de maestro aqui, en Stoweminster, dando clases de gimnasia y juegos. Es agradable tenerlo conmigo, y nos resulta de gran ayuda con el anciano señor Hubble en casa. La unión hace la fuerza... como dice el proverbio." _Ahora llega lo más importante. Jonatán _advirtió la chica, prosiguiendo acto seguido la lectura_. ¿Recuerdas a los nietos del señor Hubble? Claro que eran unos renacuajos cuando los viste por última vez. Alarico ha cumplido ya los doce años, y Sara tiene casi ocho. El muchacho es muy bueno y simpático, amigo de las bromas igual que su padre. Pero lo que es Sara...!Ay, Dios mio! Es una revoltosa de alívio. Buena también, pero no basta con serlo, digo yo. Hay que demostrarlo. Creo que todo le viene de ser huérfana desde tan pequeñita. Tengo la esperanza de que, al menos mientras los niños estén aqui, se porte como es debido." Bueno, el resto no nos interesa _ indicó Carlota_. Son sólo noticias de tipo general sobre la família, etc.
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1
Escrito por martins ( Offline), el 28 de octubre de 2009
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_No parece que vayamos a pasarlo demasiado bien _manifestó Jonatán un tanto resignado. Carlota le dirigió una mirada comprensiva. Estaba preocupado por su mamá, lo sabía, y, por si fuera poco, odiaba tratar con gentes que casi eran ... Leer mas
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