FINAL DEL CAPÍTULO "PRISIONEROS"
Escrito por martins ( Offline), el 10 de noviembre de 2009
_Pero ¿qué estás haciendo?_preguntó Carlota _Soy un caballero estupido encima de su sepulcro. Claro que tendria que estar sin narices, y con los pies rotos a la altura del tobillo, poco más o menos, para dar entonces la auténtica sensación de realidad. _Creo que admás de los ojos debías cerrar la boca, Jonatán. A mi me das la impresión de un bacalao colgando del techo de la tienda... La niña ahogó un gríto, porque un fuerte ruido había sonado detrás de ellos. Pedrito se agarró sin rebozo a la falda de su hermana. _!No os preocupéis! !No pasa nada! _dijo valientemente Jonatán, mientras saltaba de su lápida sepulcral al suelo_. Ha sido la puerta. La acaba de cerrar el viento. En un segundo la abro. Llegado a la cerradura estuvo hurgando en ella, y tuvo que confesar al poco rato_: Es raro, parece que estuviera con llave... _Déjame probar a mi_ pedió la hermana. Pero ni por ésas. La puerta no cedía un sólo milímetro. Jonatán volvió a intervenir, probando suerte. _No sírve de nada. Está atrancada, o..._ sus ojos buscaran los de Carlota_, o alguién acaba de encerrarnos aqui con mala idea. _Sara_ manifestó Carlota con breve precisión y gesto duro. _No me sorprendería; pero creo que podremos gritar. Y entonces el viejo Gowdy nos oírá seguramente. _Está más sordo que una tapia, y admás, si ha sido Sara la que nos ha encerrado aquí, ya puedes imaginarte la importancia que se va a dar si nos oye pediendo ayuda. Pedrito indicó entretanto sonoramente: _No me gusta estar aquí, Carlota. Quiero ir a casa. Comenzó a hacer pucheros, y en un segundo las lágrimas bañaban sus ojos azules. Los dos hermanos mayores comenzaran deliberadamente a adoptar una actitud despreocupada, alegre, seguros de si en aparencia. _Bueno, al menos tenemos algo para comer. Jonatán buscó por sus bolsillos, y terminó extrayendo de los mismos varias peras y manzanas que había tomado del suelo durante su recorrido por el jardín. _Anda, Pedro, saca todo lo que tienes guardado. _A ver...llleva seis manzanas, dos de ellas con gusanos; por lo demás, seis avellanas verdes, tres peras, que a mi al menos me parecen duras, y, veamos...si. Eso es, cuatro manzanas silvestres _indicó Carlota haciendo un recuento. Jonatán echó una ojeada al festin, que había quedado alineado sobre la losa. ¿cuánto tiempo, se preguntaba, podrían mantenerse vivos con semejantes provisiones? Si comían una manzana cada uno por día... !Qué asco cuando hubiera que emprendería con las agusanadas! Dando libre curso a sus pensamientos en voz alta, y con evidente falta de tacto, manifestó a sus hermanos: _Creo que teníamos pollo para comer. Vi a tia Carry comprándole uno al chico del carniciero. Vino a casa esta mañana. _Bueno, pues tendremos que arreglárnoslas en lo que hay aqui _indicó por su parte Carlota, en tono impregnado de filosófica resignación. Se habían comido ya toda la fruta, excepto las manzanas silvestres que resultaran demasiado ácidas, y las avellanas, que estaban aún excesivamente verdes. _Opino que deberíamos empezar a grítar_indicó Jonatán. Estaba cansado de apoyarse en aquella losa pétrea, sumamente fría pese a los sacos que la cobrían. _A ver, Carlota: ¿preparada? Y tu, Pedrito: ¿listo? A la una, a las dos, !a las tres! _!Socorro!_los tres emitieran a la vez identico alarido. Una corneja salió de alguna parte, y cruzó volando ante el minusculo ventanuco, graznando indignada. Luego silencio total. _Otra vez_pedió Jonatán. _!Socorro! !socorro! Carlota sintió que algo frío le recorría la espina dorsal. De repente consideró que no podría resistir ya la humeda y pequeña celda en que estaban todos encerrados. !Qué espantoso quedarse allí presioneros durante años, como los antiguos cautivos, sin la menor posiblidad de escapar! Necesitaba en cielo sobre su cabeza, y el aire fresco para respirar. Queria poder estirar las piernas, y correr sin nada que pudiera retenerla. _Jonatán _murmuró_, no podré aguantar aqui dentro mucho más. Debe de hacer horas que estamos encerrados. _Tómatelo con calma, chica_dijo su hermano con acento de comprensión_. Mira, vamos a intentar la cosa otra vez. Un buen empujón. Andando. Ahora. !Todos al mismo tiempo! Ante su indescriptible asombro la puerta cedió por completo y los tres cayeran de espaldas sobre las losas del suelo. _!Bueno! !Que me aspen si...!_ chilló Jonatán. Se levantó en el acto, rezongando_:!Pues la puerta ha tenido que estar atrancada todo el rato! Salieran corriendo al exterior, y empezaran a inspirar profundamente el aire puro, entornando los ojos ante el brillante y deseoso sol. Jonatán cerró la puerta del calabozo, haciendo girar la llave en su cerradura. _No me parece que..._empezó a decir. _¿Qué?... Descendieran los escalones que conducían al prado solitario y tranquilo. _No, no es nada. Estaba pensando...Quizá Sara diera otra vez vuelta a la llave cuando nosotros estábamos allá dentro, chillando como locos. Con semejante ruído, ella... _!Hum!... S i, como teoría parece posible. Se sentaran, por fin, a la mesa, pasadas las dos. Más vale tarde que nunca _manifestó tia Carry con buen humor, al pedirle perdón sus sobrinos por el retraso_. Mandé a Sara a buscaros _dijo_, pero según parece no logró veros por ninguna parte. Entonces pensé que habriais intentado explorar los senderillos que conducen a las afueras de la ciudad, y que estariáis extraviados a corta distancia. !Vaya con las bromitas del viento, cerrando la puerta dichosa! Si, creo que es el sítio en que ponía antes sus chismes y trabajos el bueno de Gowdy... No, querido Jonatán, me temo que no sé exactamente para qué construyeran semejante lugar. Si quieres conocer la historia completa de toda esta zona, me imagino que lo más acertado será preguntarsela al señor Hubble. Jonatán dirigió una mirada a Sara. estaba sentada en un tamborete, bajo la ventana, y contemplaba indiferente el jardín. "Satán" descansaba en su regazo, enroscado sobre si mismo. _Nosotros creemos que el viento cerró la puerta _dijo en tanto observaba atento el rostro de Sara_. Pero no parece haber mucho viento hoy ¿Tú que opinas, Sara? La niña se volvió hacía él, le miró abriendo mucho sus ojos negros de largas pestañas, y sonrió con aire misterioso. _Tarta de franbuesas para cenar _anunció tia Carry mientras servía la limonada casera_. Sara se ha pasado la mañana por ahí, recogiendo franbuesas en el jardín. Jonatán y Carlota cruzaran una significativa mirada. Despues de comer, Jonatán instaló su racien conseguido caballete sobre el pavimiento de losas, frente a la casa. Empuñando un carboncillo trazó un esbozo del contorno de la Catedral. Luego empezó a pintar. Con sus instrumentos completos se sentia todo un consumado artista. Era feliz. Conforme íba trazando lineas cantorreaba una tonada. Carlota extendió sus especimenes florales por encima de la mesa de la cocina, y preguntó a tia Carry si tenía algo de papel secante. Dijo que se le había olvidado traerse el suyo. _Veré si el señor Hubble tiene algo sobrante _manifestó al punto su tia. Y, en afecto, al cabo de un rato apareció tambaleante bajo el peso de varios gruesos velúmenes de una antigua enciclopedia. _El señor Hubble está interesadisimo en tener notícias vuestras _manifestó_. Hoy se encuentra demasiado cansado para veros a todos, pero tenéis que subir a verle mañana. Si, si. Y dmás me ha prestado estos libros para que aprietes bien las flores, y asi se secarán mucho mejor. Dice que en sus tiempos también le interesaba a él mucho la botanica, bueno, ahí tienes también el papel secante que pedías. En aquel momento apareció Pedrito, arrastrando su maleta cargada de coches miniatura.. _Me parece que voy a tener un embotellamiento con el tráfico ahora, Carlota_anunció dándose la mar de importancia. Era su media lengua fuente de diversión para todos, por lo inprovisíble de la misma. Sus hermanos se divertían especialmente con ello, en vista del fracaso frecuente en pronunciar de modo correto el nombre de la niña. _!Vaya!, pues sé buen chico y no vayas a tener tu congestión del transito aqui. Mira, en el jardín hay más sítio, ¿no te parece? _concluyó tia Carry dirigiendose al pequeño. Tras de lo cual se acomodó bien a gusto en la mecedora, junto a la ventana abierta de par en par, y, con afectuosa expresión. Habladme de papá y mamá, y de la bonita casa que tenéis en Brindley.
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1
Escrito por martins ( Offline), el 15 de noviembre de 2009
2 votos · Leído 15 veces · Sin comentarios · 15 pasajes debajo
Carlota durmió tan estupendamente que ni siquiera el reloj de la Catedral consiguió molestarla. Se despertó antes que Sara, y saltando del lecho fue a descorrer las cortinas de la ventana. Caía una ligera lluvia. Al otro lado del ... Leer mas
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