Capitulo sexto: HISTORIA Y MISTERIO
Escrito por martins ( Offline), el 15 de noviembre de 2009
Carlota durmió tan estupendamente que ni siquiera el reloj de la Catedral consiguió molestarla. Se despertó antes que Sara, y saltando del lecho fue a descorrer las cortinas de la ventana. Caía una ligera lluvia. Al otro lado del prado, una forma negra enlodada y húmeda, en deplorables condiciones al parecer, se escabullía en aquel instante. _Es el pobrecito "Satán"_ se dijo la niña para sus adentros_. Será mejor que baje para que pueda entrar en la casa. Estaba ya a medio camino de la puerta principal, descendiendo lo más aprisa que podía por las escaleras, cuando se dio cuenta de que en vez de su bata de color azul, se había puesto la verde de Sara. Volvíase arriba para deshacer el error cuando, pensándolo con más calma, comprendió que no valía la pena, ya que en realidad no íba a estar mucho rato fuera de la habitación comun. El fuego estaba encendido en la cocina, y las ollas empezaban su canción. No había nadie en la estancia. Hizo girar el pestillo de la puerta trasera del edificio, pero estaba sujeta por un gran cerrojo arriba y otro en la parte inferior. Eran unos cerrojos grandes y dificiles de mover para una niña. Le costó varios minutos descorrerlos. Luego empezó a llamar: _Missss-mis-mis-mis-missssss... Una indignada y ronca voz le contestó: _!Estamos buenos con tu "misss-mis-miss"! !Ya era hora de que me dejaras entrar! !Estoy empapado! Carlota casi se desmayó. Dirigió inmediatamente una ojeada al conjunto de la habitación; No había nadie. Solamente estaba "Satán" en lugar cercano al fuego, hecho un ovillo sobre la alfombra, y ocupadisimo en lamerse la satinada piel. _¿Quien anda ahí?_llamó Carlota, más bien asustada. "Satán" levantó la negra cabecita. Con expresión de profunda sorpresa, sus dilatados ojos, color de ámbar, se encontraran con los de la niña. !Vaya!, pensó ésta, me mira con aire sorprendido él también.¿La habría confundido con alguién? Contempló su bata de casa color verde, perteneciente a Sara. ¿Acaso creyó "Satán" que le había abierto la puerta la propia Sara? Aunque así fuera, !no podía ser el mismo "Satán" quien habló antes! _Mis-mis, gatito bonito_dijo con toda cautela acercándosele muy despacio. "Satán" ignoraba olimpicamente su presencia. Carlota pudo ver entonces el plato lleno de jugosa carne _desperdícios para los gatos_ que tia Carry debía haber preparado aquella misma mañana para que "Satán" se desayunara. Lo tomó y se lo puso bajo los mismos bigotes al felino. _Miss-mis, gatito bonito, tomate el desayuno_ indicó nerviosamente. "Satán" arrogó el hocico con aire de disgusto. Su "Miauu" no pudo resultar más indignado si alguién le hubiera pisado en aquel momento la cola. Se levantó de repente, salió como un meteoro de la cocina por la puerta que daba al vestíbulo, y desapareció. _!El colmo!-proferió ahogadamente Carlota, la cual decidió regresar al dormitorio. La cabeza le daba vueltas; no sabía qué pensar. Decidió no contar nada a Jonatán de lo que había sucedido. Después de todo no creería el muchacho una palabra de tan fantastica historia...!Pero vigilaré a ese "Satán", terminó asegurándose a sí misma. Al parecer Sara había decidido acudir a desayunar con ellos aquella mañana. Quizá tuvo que renunciar a todo desayuno el dia anterior. _Cuando hayáis terminado _decía tia Carry_, el señor Hubble quiere veros a todos. A tí también, Sara. Desea hablar contigo muy especialmente, ya lo sabes. Sara arrugó el ceño. Carlota, que no le quitaba ojo, se dió cuenta de cómo le daba buena parte de su desayuno, ocultamente, a "Satán", que estaba al acecho debajo de la mesa: tocino, salchicha, y medio huevo frito, anotó mentalmente la niña, y además, cosa sorprendente, una gran rebanada de pan con marmelada. Las nubes se abrieran para dejar pasar un deslumbrante rayo de sol, que provocó destellos en la cafetera de plata para el desayuno. _Lluvia a hora temprana, lluvia breve- sentenció tia Carry cuando iban por la escalera camino del cuarto de trabajo del señor Hubble. La estancia se encontraba en el piso superior, dando vista al conjunto Catedralício. Filas y más filas de libros llenaban todas las estanterías, que a su vez cubrían las paredes. La mayoría de los velúmenes parecían de cierta antigüedad, pesadotes de forma. Un piano vertical tapaba una esquina, y cerca de la unica ventana había una mesa escritorio muy grande. Encima de la mesa un manojo de cuartillas oscilaba con la suave brisa mañanera. Jonatán observó que el pisapapeles que las sujetaba al tablero era una reproducción en bronce, realmente minúscula comparada con el original, de la hermosa Catedral de Stoweminster. El abuelo Hubble estaba muy tieso, sentado en su silla, junto a la chimenea encendida y con una manta de dibujo escocés en colores rojo y negro extendida sobre sus rodillas. _De manera que vosotros sois los sobrinos de la señora Bowles, ¿eh? Sonrió mientras estrechaba la mano, a cada uno por riguroso turno, con una fuerza muscular sorprendente para su edad. _¿Cómo estás?_iba diciendo a cada uno de los niños cortésmente. Tenía mucho pelo, todo de un blanco inmaculado, y unos grandes bigotes igualmente albos. Sus ojos azul claro relampagueaban de inteligencia. Volvió la vista hacia Sara, que de pie en el umbral estaba retorciendo un pañuelito entre los dedos. _!Hum!...Espero que hayas hecho lo posíble por entretener a nuestros invitados, Sara _comentó secamente. Sara le devolvió la mirada con otra áspera y desafiante. El abuelo la contempló sin amenidad durante un par de segundos. Luego se tornó hacía Jonatán que estaba frente a él, rogándole con un gesto se acercase. _Si te gusta la historia, muchacho, cuentos de batallas, aventuras de todo género, ¿y a qué chico no le agradan tales custiones?, creo que has llegado al lugar exacto, al sítio más apropiado. Habrás oído hablar de la guerra civil, ¿no es asi? _Desde luego, señor_manifestó Jonatán al punto, pues al llegar a stoweminster hacía apenas unos dias que terminara de leer "los niños del bosque nuevo". _Bien, muy bien. Y tú, ¿hacía qué lado te inclinas en la hucha? El abuelo Hubble ofrecia fiero aspecto mientras hablaba de sus temas favoritos. Ppuso ambas manos en las rodillas, alzó las espesas y caídas cejas, blancas también, se inclinó hacía delante, y miró derechamente a los ojos de Jonatán con los suyos de límpido azul. _¿La... la... lado, señor?_tartamudeó el pobre muchacho. _!Ejem! !Ejem! _carraspeó el abuelo Hubble_. Vamos, vamos, chico. De seguro que ya has elegido entre uno y otro bando, ¿no? Ya sabes, los monárquicos o los puritanos. _Los... los monárquicos, señor. _!Asi se hace! El anciano caballero golpeó afectuosamente el hombro de Jonatán, incorporándose un tanto para ello, y se volvió a sentar con expresión satisfecha en la faz. _Ahora os voy a decir algo que sin duda interesará a todos. Esta vieja mansión data de hace cuatrocientos años. En la época de la guerra civil era la residencia espiscopal, el palacio del Obispo. Construyeran luego uno nuevo para él en el siglo diecisiete. Lo veréis cuando recorráis el recinto catedralício; quiero decir, si os interesa la arquitectura moderna... !Caramba _pensó Jonatán_, y le llama a eso arquitectura moderna!...
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Escrito por martins ( Offline), el 16 de noviembre de 2009
2 votos · Leído 27 veces · Sin comentarios · 14 pasajes debajo
_Aquel bandido de mala ralea _prosiguió el caballero_ que se llamó Oliverio Cronwell, dio orden a sus soldados para sitiar la Catedral y murallas que la protegen, destruyendo el templo en cuanto hubieran asaltado la fortaleza. !Este ... Leer mas
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