continuación CAPITULO SEXTO
Escrito por martins (Desconectado Offline), el 16 de noviembre de 2009
_Aquel bandido de mala ralea _prosiguió el caballero_ que se llamó Oliverio Cronwell, dio orden a sus soldados para sitiar la Catedral y murallas que la protegen, destruyendo el templo en cuanto hubieran asaltado la fortaleza. !Este hermosísimo templo, que se empezó a edificar el año 1208! ¿Qué os parece? Menuda estupidez, ¿verdad?
Jonatán asintió gravemente:
_Si, señor.
_Aquello fue obra del diablo _prosiguió el caballero, muy animado_. Los puritanos asaltaran la plaza, rodearan el palacio del obispo y, finalmente, lo tomaran también. Pero (y aquí viene lo bueno, algo extremadamente raro, según cuentan viejos manuscritos que poseo), cuando entraran tumultuosamente en el palacio no encontraran un alma. Todos habían escapado del enemigo, deslizandose entre los dedos, como aquel que dice. _El anciano se frotó entusiasmado las manos, lanzando una ahogada risita_. Hombres, mujeres y niños, todos lograran escabullirse. La forma como lo hicieran es cosa que jamás logré descubrir. _Lanzó un suave resoplido y contempló con cara de fastidio el manuscrito que tenía encima de la mesa_. Si supiera cómo se las arreglaran podría terminar mi libro_murmuró en voz audible pero hablando sin duda para si.
Luego volvió a tomar el hilo de su relato:
_A continuación, esos cobardes Cabezas redondas* (partidarios de O.Cronwell, llamados asi por su peculiar corte de pelo)_ dedicaran su atención a la Catedral misma. Apuntaran sus cañones a la aguja y la derribaran. Claro que luego ha sido reparada, por supuesto. Despues echaran abajo las puertas y entraran en eltemplo, acuchillando a todos los monárquicos que se habían refugiado en ese lugar sagrado. Destrozaran las campanas y saquearan todo, llevándose las joyas de plata. Como remate encalaran sin el menor repeto todas las estatuas, las paredes, etc. !Eran unos vándalos!
El abuelo Hubble dio de pronto un respetable puñetazo en la mesita para el desayuno que tenía junto al sillón. Los niños tuvieran un sebresalto mayúsculo. Luego, el anciano echó a un lado violentamente su manta de viaje, y se incorporó sin excesiva dificultad.
_Dame el bastón _ordenó a Jonatán_. Y ahora, venid a ver algo.
Los niños le siguieran a través de un pasadozo, hasta llegar a un dormitorio que conrespondía a la parte posterior de la casa. Una ventana de doble batiente, que habría la pared de arriba abajo, daba acceso a un balcón de hierro forjado, de uno de cuyos extremos arrancaba una escalinata que con suave curva descendía hasta el prado. Detrás de los batientes del balcón, sirviendo de tope, había una bala de cañón, mayor que un balón de fútbol, ennegrecida y llena de polvo.
El anciano caballero emitió un curioso sonido de placer.
_!Levántala, jovencito!
Jonatán se dobló en vano. Aun usando de todas sus fuerzas no podía levantar aquella informe bola. El proyectíl no se movió un ápice.
_Esa bala de cañon pesa alrededor de trinta kilos. O sea, más de lo que tú puedes levantar...
Los niños emitieran a coro un asombro: !Ohhhhh!
_La disparó un cañón metalico, que tenía cuatro toneladas de peso, aproximadamente, llamado cañón de a Ocho o también Cañón Real. Jonatán contempló con mayor respeto aún el pesado proyectil. Los monárquicos, por mucho que fuera su valor, no podían tener grandes oportunidades de resistir a semejante conjunto de circunstancias, decidió el muchacho. De pronto recordó algo.
_Por favor, señor, ¿podría usted _dijo reuniendo todo su valor y atrevimiento_ decirnos algo sobre ese edificio en ruínas que hay en el jardín?
_Si, por supuesto.
Y el abuelo Hubble encabezó de nuevo la procesión que ahora se dirigía a su biblioteca y cuarto de trabajo.
_¿Veis ese cuadro que está ahí colgado? _y señaló un grabado que había sobre la pared, de aspecto un tanto melancólico y obscuro_. Es una representación ideal, hecha por un buen artista, de cómo debió ser el recinto catedralicio en el siglo quince. Solía haber un foso lleno de agua todo alrededor. ¿Os dais cuenta?_ Dirigió su bastón hacía el cuadro_. Y aquí está la muralla con sus almenas, el rastrillo, puente levadizo, etc. Por aque entonces había también cuatro torres altas vigía. Casi todo ha ido desapareciendo, desde luego, pero aun así quedan los restos de una de las torres, como habéis podido comprovar, en mi propio jardín por añadidura.
_!Ya sabía yo que eso tuvo que haber sido parte de una torre!_dijo en voz alta, entusiasmado, el bueno de Jonatán.
_!Así me gusta! !Eres de los mios, muchacho!_ El abuelo Hubble volvió a golpear afectuosamente el hombro del chico. Sus ojos azules relampagueaban con fulgores de fanático._!Ha, el pasado! !El pasado! ¿Qué tiene el presente para ofrecernos, si se le compara con el pasado? ¿Cómo podrácompensarnos por las riquezas perdidas, los esplendores y glorias de otras épocas?
_El café, señor_anunció en ese justo momento tia carry, entrando con una bandeja, lo cual no dejó de divertir a Carlota.
_!Oh, el café!_. El viejo caballero se frotaba las manos con visíble satisfacción. _Bueno, muchachos gracias por haberme venido a ver_. Se despidió de ellos cortésmente. _No, Sara, tú haz el favor de quedarte. Quiero hablar contigo sobre ciertas cosas.
_¿Y nosotros qué podemos hacer ahora, hasta que llamen para comer?_preguntó Jonatán cuando estuvieran de nuevo en el cuarto de estar del piso inferior.
_Me gustaría echar una ojeada a todo esto_ repuso su hermana, con un andemán_. Aún no hemos visto ni la mitad de lo que vale la pena visitar por aquí.
En aquel momento Sara se reunió con ellos. Parecía muy enfadada.
_!Grrr!_y dio tal patada en el suelo, que todos los cacharros colocados encima del fogón, y la porcelana de los aparadores, temblaran ruidosamente.
_Pero ¿qué sucede?_preguntó Carlota con cierta impaciencia.
_!Alguién le ha ido con el cuento al abuelo! !Seguro que ha sido esa vieja chismosa de la Bowley!
_Que es nuestra tia, por lo demás _le recordó, tensa, Carlota.
_El abuelo dice que me sacará de aquí si no...
_Dejas de ser una cría de poco seso_terminó la frase Jonatán.
_¿Qué quieres decir?_ chilló amargada Sara.
_¿No lo sabes? ¿prefieres que te lo vaya explicando?
_Vamos, vamos, Jonatán _insistió Carlota_. Quieres venir con nosotros de paseo, Sara?
_No, gracias _La interesada se dirigió a la puerta con aire digno, alzando un tanto la nariz_. Tengo cosas mucho más importantes que hacer.
_¿Por qué diablos tuviste que invitarla? _rezongaba Jonatán conforme recorrían el paseo del Obispo_. Sólo sirvió para que despreciara tu ofrecimiento...
_No sé, creía que se encontraba un poco sola. !Qué más da!
Carlota se detuvo en seco y empezó a buscar en los bolsillos de su chaqueta tipo blazes.
_!Vaya! !Ya se me ha olvidado la caja! Y puedo encontrar cosas la mar de interesantes...Bueno, esperadme aquí un momento, ¿eh? Voy a buscarla.
Regresó a la casa y subió a toda velocidad las escaleras, sin que sus sandalias hicieran el menor ruido al deslizarse por la alfombrilla que cobría los escalones. La puerta de su dormitorio estaba entreabierta. Dentro de la habitación Sara debía estar hablando con alguién. Carlota dudó en entrar.
_...Y recuerda que de nada sirve gruñir. Me olvidé; eso es todo.
_Sólo que tu obligación era justamente no olvidarte de semejante detalle_contestó su interlocutor, quienquiera que fuese. !Y qué voz tan estraña tenía! Más parecida a un ronronero que una voz humana, pensó en seguida Carlota. Luego arrugó el entrecejo.
!Claro era la misma voz que había oído por la mañana, cuando se levantó de la cama para abrirle la puerta de la calle a "Satán" y dejarlo entrar!_!Y admás dejarte la llave puesta en la misma puerta! Para que entrasen y pudieran descubrilo todo, ¿no es eso?
En ese instante Carlota se precató de que estaba escuchando a escondidas una conversasión ajena.
!Qué falta de educación! Llamó fuertemente con los nudillos en la puerta.
_!Adelante!_gritó Sara desde el otro lado.
Estaba sentada en el amplio antepecho de la ventana. Enrroscado sobre si mismo, y a su lado, se encontraba "Satán". Por lo tanto no había nadie más en la estancia.
La niña miró de soslayo a Carlota, con sus ojos de incribles pestañas. Satán por su parte movió la cabeza hacía la ventana, para observar con aparente interés una mosca que correteaba por los cristales, y abrió la boca en clara bostezo.
_He...he venido a por mi caja, para recoger muestras de flores_tartamudeó Carlota.
La vio encima del tocador, y, cogiéndola, salió de la habitación a gran velocidad.
Los dos acababan de llegar hasta el extremo del Paseo del Obispo. Jonatán se burló del relato de Carlota, como ésta había imaginado.
_Pero te aseguro que es verdad _protestó la niña_. Creo que puedo dar crédito a lo que he escuchado con mis propios oídos.
_!Vaya cuento chino! Oye, óyelo, Pedro. Me acaba de decir que Sara estaba hablando con alguién en su dormitorio, y ese alguién le respondia como es natural. Luego entra allí y Sara estaba sola. ¿Dónde se había metido aquella persona? ¿Debajo de la cama? ¿En el guardarropa? Me parece que estás empezando a chalarte un poquito, querida hermana. Es una historia que nadie creerá...
Carlota, nerviosa, se alisó mecanicamente el cabello.
_Te repito que oí a alguién hablando; alguién con una voz extraña, una especie de ronroneo continuo. Sí, eso es, !como si fuera un gato!
Su voz se hizo menos segura. Era una historia fantastica, irreal. No tenía nada de extraño que Jonatán renunciara a tomarla en serio. Quizá se debía todo a que Sara le había jugado una de sus tretas de costumbre. !Eso tenía que ser!
_!Eh, chica!, despierta de una vez y deja de mirar a ese árbol como si vieras visiones. Creo que tengo una idea... Sería estupendo si pudiéramos acabar averiguándolo todo, ¿no cres?
_¿Averiguar el qué?
_!Pues que ha de ser! Cómo se las compusieran los monárquicos para escapar del Palacio del Obispo.
Digo, ¿no había algún pasadizo secreto por ahí?
Carlota se echó a reír.
_Tú y tus pasadizos secretos! !Esas cosas sólo existen en los libros!Anda, vámonos. Echaremos una ojeada a la Catedral por dentro.

 

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Escrito por martins (Desconectado Offline), el 21 de noviembre de 2009
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Carlota estaba sentada al pie de la cama de Jonatán. Levantó las sábanas y empezó a cosquillarle la planta de los pies. _Lárgate_rezongó su hermano. _Despierta, dormilón _insistió Carlota_. Alarico vuelve hoy. _Despierta, Jonatán. ... Leer mas


 
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