capítulo séptimo: "LA VUELTA DE ALARICO"
Escrito por martins ( Offline), el 21 de noviembre de 2009
Carlota estaba sentada al pie de la cama de Jonatán. Levantó las sábanas y empezó a cosquillarle la planta de los pies. _Lárgate_rezongó su hermano. _Despierta, dormilón _insistió Carlota_. Alarico vuelve hoy. _Despierta, Jonatán. Alarico vuelve hoy_corroboró Pedrito. El interesado dio un respingo y se incorporó a medias. _¿Qué habéis dicho? _Que Alarico regresa hoy a casa. Me pregunto qué aspecto tendrá. _Mejor que el de la boba de Sara; tengamos al menos esa esperanza_opinó Jonatán. _!Chist! !no tan alto, zoquete! La puerta está abierta y puede oírnos ella. _Claro que os he oído. _La voz de Sara llegó clara y precisa desde el descansillo de la escelera_. No debíeras chillar tanto, Jonatán. !Plam! La puerta del cuarto de baño se cerró con estrépito. _!Oh! ¿Vez lo que pasa?_exclamó Carlota, que odiaba herir en sus sentimientos a quienquiera que fuese. _Tiene su merecido _estimó Jonatán con acidez_. Ella fue la que empezó el baile, de todas formas y desde que llegamos, por cierto. ¿O es que acaso no quisimos nosotros hacernos amigos suyos? _Quzá no se porte tan mal cuando Alarico regrese _dijo Carlota_. Oye, ¿sabes lo que me gustaría hacer esta mañana? Qisiera explorar toda la casa, del desván a la bodega, si puede ser. _Buena idea _concedió su hermano mayor recordando especialmente la bodega_. Le preguntaremos a tia Carry cuando estemos desayunondonos. Llegado el momento, su tia dijo amablemente: _Claro que sí, queridos. Id donde os plazca. Excepto por la zona de las habitaciones del señor Hubble, desde luego. Está dictándole a Harry esta mañana y no debemos molestarle. !Ah!, y cuídado con las escaleras. Esta mañana le toca a la señora Clamp hacer la limpieza. Es una maravilla, la buena mujer, pero suele olvidarse sus cubos y pastillas de jabón por cualquier parte. Ante su total asombro, Sara se ofreció a hacer de guía. Jonatán la miró con aire de sospecha, pero Carlota le dedicó una sincera sonrisa, y juzgó que la niña había decidido hacer las paces y acrecentar asi el número de sus amistades. Sara subió un momento a su habitación y regresó con una linterna de bolsillo. _Es para las bodegas _explicó solicita_. Está muy oscuro allá abajo. ¿Por dónde queréis que empecemos? Me gustaría comenzar por el tejado, y ir bajando luego_pidió Jonatán. _Pues entonces andando, seguidme todos. Fueran detrás de la niña hasta alcanzar el descansillo que daba acceso a sus propios dormitorios. Luego continuaran subiendo por otro trozo de escalera, más bien de las de pendiente acusada, que daba vueltas de continuo, hasta alcanzar una especie de balconcillo, con entrepaños de madera de roble, y rodeado casi por completo la caja de la escelera, que desde allí parecía un profundo pozo. _Por aquí-ordenó Sara, tomando por la derecha a lo largo de un estrecho corredor. Llegaran a dos habitaciones carentes de todo mobiliario, conectadas estre sí. En la segunda de ellas una cuarta escalera de madera conducía a una trampilla. El techo de la estancia era más bien bajo. _!Cuidado con la cabeza! Sara gateó hábilmente por los travesaños, mientras Carlota hacía lo mismo ayudando a Pedrito, y Jonatán cerraba la marcha. Se encontraran en una habitación de tipo buhardilla, cuyo techo descendia por uno de los lados hasta dar casi en el suelo. La única luz que la iluminaba se filtraba a través de una polvorienta y diminuta ventana. Un ratón atravesó corriendo el suelo, pasando ante los mismísimos pies de Carlota. Esta ahogó un gríto y logró decir con cierta calma: _Tendrías que traer a "Satán" por aquí ¿no? _¿"Satán"? ¿por qué?_preguntó sin la menor amabilidad en el tono. _Por los ratones, claro está_repuso Carlota, al tiempo que miraba con curiosidad a si interlocutora, que ante la mención de "Satán" parecía haberse alarmado un tanto. _!Ah, ya! _se apresuró a contestar Sara_. Bueno, Jonatán, creo que podemos irnos ya. No hay mucho que ver, me parece. Pero el aludido empezó a husmear entre las viejas cajas y maletas que se amontonaban en la estancia, decidido a encontrar algo interesante. Un manojo de paraguas y sombrillas, con el varillaje casi al descubierto pues las polillas habían dado buena cuenta de la tela, yacía en un rincón junto a una decrépita chistera de color gris, un par de gruesos bastones, y una jaula de las que suelen usarse para meter un loro, vacía naturalmente. _!Anda! !Y todavía hay otra habitación ahí! Jonatán cruzó la estancia y trató de empujar la puerta conrespondiente al tiempo que movía el picaporte. _Está cerrado. ¿Dónde anda la llave? _Supongo que se habrá perdido. No hay nada en ese cuarto. Es otro desván como este, pero vacío por completo. Jonatán trató de ver algo a través del ojo de la cerradura. _!Escuchad! _indicó muy excitado_. !Estoy seguro de que he oído algo! Aplicó la oreja al mencionado orifício. _¿Qué quieres decir con "algo"? _inquirió si hermana. _Una especie de maullido, como si hubiera un gato. _Bueno, vamonos, ya vale _dijo Sara con notaria impaciencia_. Quizá esté "Satán" por aquí cerca, por las escaleras. A veces sube para cazar ratones. "Pues por lo que a mi respecta _se dijo para su coleto Jonatán_, he de averiguar qué hay en ese ático". Sin embargo, de momento decidió seguir a los demás en su recorrido. Yes que _pensaba_Sara ha demostrado demasiada ansiedad para sacarnos de ahí. !Muy sospechoso, sí señor! El resto de la casa sufrió apenas una ligerísima inspección, ya que el interes principal de Jonatán radicaba en las bodegas. _Podemos bajar de dos maneras _informó Sara a su auditorio_. A través de una trampa que hay en el suelo de la cocina, o por una reja que hay en el pátio, y que les sirve a los carboneros para echar al sótano el carbón que traen, y que luego se almacena allí. No creo que vosotros podáis bajar por ahí, ¿eh Carlota? Yo lo he hecho montones de veces. Observaba sutilmente las blancas sandalias de la niña y su imponente trajecito veraniego. _Creo que, si fuera menester, podríamos hacerlo _contestó la aludida evidentemente molesta. En un rincón de la cocina había una puerta de madera que constituía la trampa en cuestión, enmarcada por las baldosas del suelo. _Tienes que descorrer el cerrojo_indicó Sara a Jonatán. !Craaaaaac! La trampilla quedó abierta. Unos escalones se perdían en la oscuridad. _Ahora usaremos la linterna_observó Sara. Le siguieran todos. Abajo el aire olía a tierra húmeda, y el ambiente estaba helado. Sus pies resonaran en los desiguales escalones de la bajada. _Arañas a montones, supongo_dijo Carlota con un ligero estremecimiento interior. _Pues si, las hay, y también enormes sapos. El tio Harry suele subir más de uno a la cocina, mezclados con el carbón, sin darse cuenta. Llegaran al final de la escalera de bajada. Estaban en una obcura cripta subterránea, apenas iluminada por un tenue rayo de luz diurna que provenía de una reja inserta en el muro a cierta altura.
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1
Escrito por martins ( Offline), el 22 de noviembre de 2009
2 votos · Leído 33 veces · Sin comentarios · 12 pasajes debajo
_Por ahí suelen echar el carbóm. Y por ese lado se va a la bodega del vino. Sara señaló un arco de medio punto que iniciaba otro pasadillo. _Ahora le sirve a Bowley para almacenar patatas, y suele poner también la leche en esta época ... Leer mas
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