continuación del : CAPITULO SÉPTIMO
Escrito por martins (Desconectado Offline), el 22 de noviembre de 2009
_Por ahí suelen echar el carbóm. Y por ese lado se va a la bodega del vino. Sara señaló un arco de medio punto que iniciaba otro pasadillo. _Ahora le sirve a Bowley para almacenar patatas, y suele poner también la leche en esta época de verano.
_Nos divertimos, ¿eh?_inquirió una voz a espaldas suyas.
Sara dejó caer nerviosamente la linterna de bolsillo que portaba.
_!Torpe!_comentó la voz en tono amable, sin embargo, y la persona a la cual pertenecía, quienquiera que fuese, recuperó el instrumentito, afortunadamente intacto, y enfocó luego con él a todo el grupo.
_!Alarico! _gritó Sara_. !Menudo susto me has dado!
_Lo siento. Os he seguido hasta abajo sin que os dieráis cuenta. Lo que no me extrañó, porque estabaís haciendo más ruído que un rebaño de elefantes.
_¿Cuando has...?
Sara se detuvo en mitad de la frase.
_¿Vuelto? _terminó Alarico por ella_. No hace mucho rato. Cosa de media hora o así. Bien, vamos arriba otra vez. Allí podré presentarme de manera apropiada, civilizada digamos. No podemos vernos las caras en semejante oscuridad. Tú primero_dijo cortésmente a Carlota, al llegar ambos a la vez ante los escalones de subida.
En cuanto emergieran en la cocina, Carlota pudu comprobar que Alarico no se parecía a Sara. Realmente eran tan distintos como la noche y el dia. El muchacho era alto y fuerte, con cabellos rubios muy rizados, que llevaba admás bastante cortos, y los mismos inteligentes ojos azules de su abuelo iluminando un rostro bronceado por el sol. Llevaba unos viejos pantalones cortos de color caqui, y una camisa veraniega sin cuello ni mangas de tipo americano.
Alarico dijo la mar de serio, aun cuando una lucecita le bailaba en los ojos:
_!Ejem! Espero que mi nieta Sara los haya hecho los honores como es debido, ¿eh muchachos?
Los niños se quedaran boquiabiertos. Luego prorrumpieran en risas. !Era el mismísimo tono que hubiera empleado el viejo señor Hubble!
_Les he estado enseñando los distintos pisos de la casa _afirmó Sara desacostumbrada docilidad.
Alarico tomó el estuche de sus gafas del bolsillo de la camisa, y se caló los lentes. Luego dirigió una ojeada a Jonatán
_!Ajá! De modo que tú eres el artista, ¿no?...
Bueno, hombre, no te quedes tan asombrado. Ví una acuarela de la Catedral en el vestíbulo, encima de la mesa que hay nada más entrar en casa, y admás tienes aún rastos de pintura blanca en la manga, a la altura del codo esquierdo. ¿Lo ves? _Luego se volvió hacía Carlota, indicándole_: Y supongo que tú serás la aficionada a la botánica, ¿eh?
_Sí, es cierto, me gusta coleccionar flores silvestres _contestó la niña, agregando_: Pero ¿como has podido...?
_Elemental. Papeles en el cuarto de estar, encima de la mesa pero debajo de varios tomos de una vieja enciclopedia. Así que deduje que alguién estaba apretando flores para conservarlas. Ahora bien, este joven camarada _y señalaba a Pedrito_ es demasiado pequeño para una afición semejante. imagino que le agraderán más los coches miniatura y cosas por el estilo... Así que tú eres Carlota, la presunta especialista en botánica... De donde se deduce...
Los chicos se echaran a reír unánimemente.
_Ah, pues también soy un genio de la ciencia _indicó Alarico quitándose las gafas, y arrugando sus azules ojos en una desarmante sonrisa_. Claro que no en botánica, precisamente. Más bien en cuestiones de Química y todo eso. Malos olores y el resto, ya sabéis...
_¿Y vas a estudiar Ciencias?_preguntó divertida Carlota.
El rostro de Alarico se ensombreció un tanto.
_Así lo espero. yo eso quisiera, pero al abuelo le gustaría que... Dejó en el aire la frase, como si temiera haber hablado de más, y cambió rápidamente de tema de conversación.
_Harry os manda un mensaje. Va a llevaros esta tarde al castillo de Kessing. Iréis en coche. Os llevará en Adelaida, es un viaje corto, de apenas un par de docenas de kilometros hasta allí. Desde luego el sítio es fenomenal. Y con fantasmas, segun dicen. Justo lo que estáis necesitando si te interesas por la historia, Jonatán...
_Claro que me interesa _replicó el aludido, agregando a continuación_:Pero sí no te importa, ¿como lo has sabido, Alarico?
_!Oh, eso es muy fácil! El abuelo me lo contó. Fuí a verle tan pronto como... como regresé a casa. Supongo que ya os habrá estado hablando de la historia de la Catedral y demás rollos. El pasado es lo único que parece interesarle_añadió con un dejo de amargura en la voz.
_¿Vas a venir con nosotros al castillo ese?_inquirió Carlota.
_!Humm!... _al parecer consideraba la custión_.
No, no creo. Ya lo he visto otras veces, y tengo que... !Uum!... He de deshacer las maletas, y bueno, arreglar una porción de asuntos. Creo que lo mejor será que te quedes tu también, Sara. Así me ayudarás.
Vamos, quiero decir, si los demás pueden pasarse sin tu compañia...
_!Desde luego!_dijo Jonatán de tan buena gana que Carlota le atizó un codazo en las costillas, y Sara le hubiera fulminado con la mirada.
_Perfectamente; todo arreglado entonces _concluyó Alarico, quien de nuevo estaba en sus glorias_. Vayamos al jardín hasta que sea hora de comer, ¿no os parece?
Abrió la puerta de acceso, manteniéndola cortésmente así para que pasara Carlota.

_Vosotros dos debiáis haberos ido con los demás_observó tia Carry, que estaba revolviendo en el fogón su futura mermelada de grosella.
_Yo tengo varias cosas que hacer_explicó Alarico.
_Todo eso podía esperar. Quiero que os hagáis amigos de ellos, y Sara no ha sido lo que se dice un modelo de sociabilidad...
_Pero yo sí que soy sociable_precisó el muchacho.
_Eso de tener a su madre en la clínica les preocupa mucho a los pobrecitos, ya sabéis. Hemos de hacer cuanto podamos para que aquí se sientan como en su casa. Sara, deja eso tranquilo o ya verás la tripa.
_Son buena gente _opinó Alarico_. Yo creo que lo pasaremos bien en cuanto nos conozcamos más a fondo. !Ah!, Bowley, dicho sea de paso, ¿tienes por casualidad algo de clavo a mano? Ya sabes, la cosa esa de tipo especial para guisos. Me parece que le echas a la tarta de manzana.
_¿Clavo?... Bueno, creo que sí, pero ¿para qué quieres tú cosa semejante?..., a menos que te duelan las muelas...¿Te duelen, Alarico?
_¿Dolerme las muelas... !Euhh!..._manifestó vagamente el chico.
_Por supuesto. Entonces es cuando el clavo la gente. Ahora, que si te duelen las muelas lo mejor es el dentista. Vamos, abre de una vez la boca y déjame que te eche una ojeada...
_Bueno, como quieras, Bowley.
La voz de Alarico respiraba resignación ante lo inevitable.
_Pues yo no veo que tengas nada mal _afirmó tia Carry tras haber mirado a fundo_. De todas formas pediré hora al doctor Poke-Walker, por sí acaso. Un empaste a tiempo salva un ciento, ya sabes lo que se dice.

 

Escoge el próximo pasaje
Versión
1
div
Escrito por martins (Desconectado Offline), el 23 de noviembre de 2009
 2 votos · Leído 37 veces · Sin comentarios · 11 pasajes debajo
Abrió con una llave la puerta de la alacena, y, encaramándose a un taburete, bajó un pequeño jarrito del estante superior de la misma. _|Vaya lio! _gruñía Alarico al salir con su hermana de la cocina, llevando consigo la provisión ... Leer mas


 
Volver al
Pasaje 12º

 
Comentarios
Nadie dejó comentarios en este pasaje.
Escribe el tuyo
Te gustaría comentar aquí
Solo los usuarios registrados pueden escribir comentarios
Obtén tu cuenta gratis | Ingresa
Leído 32 veces
Privacidad: Semi-Pública
Rating
Puntaje: 9,0 (2 votos)
Ideas
Personajes
Argumento
Comparte esta historia
LINK:
Para enviar por mensajería instantánea o e-mail.
HTML:
Para pegar en tu blog, foro o espacio web.
Creative Commons License
Reconocimiento - NoComercial - CompartirIgual 3.0
 
Tu cuenta
Ingreso
Obtén tu cuenta gratis
 
 
 
Mensaje


Exito


Error


Aviso


Related Links

Partner Links