Lazo de sangre
Escrito por creadordemundos (Desconectado Offline), el 26 de enero de 2010
Lazo de sangre
El cielo se lleno de ceniza, la nube más oscura que he podido ver en toda mi vida, la tierra rugió, el cielo desapareció, como un tsunami de polvo proveniente de la montaña Hunjop se hubiera tragado el lugar.

MI – Lazo de Sangre - Rev 1-

No te hablare de muchos detalles, evitare contarte salimos mi esposa y yo vivos. Te relatare lo que vi, lo que sentí, de aquellas cosas que cuando regresan a mi mente me maravillan, me estremecen e incluso me hacen sentir miedo; quiero ser rápido, concreto y si me desvío por momentos, disculpa.

Para Ramiel, hijo de mi sangre.

“Por la mañana temprano había salido como cada día para alimentar a los cerdos, vivíamos en aquel entonces a las orillas de la montaña, éramos por decirlo así, los últimos de la ciudad de Tenmas, donde las faldas dejan de llamarse así, al oeste de Italia. Ese día se encontraban los animales inquietos, como si supiesen cosas...

De un momento a otro un estruendo proveniente del otro lado del pueblo me paralizó, tan ensordecedor que las secuelas son palpables en mi sordera, aturdido incluso me quede por momentos, vi a tu madre salir de la casa, gritaba, apenas podía escuchar algo, pero veía la expresión en las caras de los animales.

Al primer estruendo le siguió uno de menor intensidad, ahora que lo pienso y haciendo memoria de mi sordera en esos momentos, puede que haya sido de igual magnitud, parecía como si mil hombres hubieses golpeado metal al unísono, volteamos a la montaña y está parecía moverse. Caían rocas y el poblado empezaba a sentir los efectos de ello, eran rocas enormes, creí que la montañana había estallado en ira... pero no, no, solo fue mi abusada imaginación en esos momentos.

El cielo se volvió uno con la tierra, una nube de polvo tan densa como la misma sangre coagulada nos fue envolviendo, hubo un momento de silencio y después los gritos desesperados de los vecinos.

Corrían despavoridos, ¿recuerdas como correteabas las palomas en Venet?, te darás una idea de como fue entonces.

Le dije a tu madre que empacara lo necesario, mientras yo iba por Pa’ y Ma’ que tenían un puesto en el mercado. Jamás les volvi a ver, cuando llegue todos se habían marchado o yacían bajo las grandes rocas. El polvo parecía a ver bajado de intensidad pero costaba respirar. Paso un tiempo antes de que pudiera escuchar, todo parecia calmado cuando el piso cimbro una vez más, me recuerda a esos estertores que te dan en el cuerpo de la nada a mi edad, algo así era esas sacudidas, solo que a gran escala, algunas casas alrededor se caían... parecía un lechon asustado, orando para que nada me callese encima.

Mire al cielo negro, un sorbo de polvo trague, tosi con ganas, un viento fuerte se llevaba el polvo, poco a poco observe que grandes bloques se movían despacio, como si de piernas se tratasen, mi miedo fue único – aquí entre nos hijo, me orine al mirar esas cosas, era como si nuestro dios hubiera mandado a ese gigante – el polvo penetraba en mis ojos llorosos, apenas conservaba la visión, pero yo sé lo que vi, cada vez que subia y bajaba uno de esos bloques, la tierra gritaba y un poderoso ¡POM!, se dejaba escuchar.

Me quede ahi no sé cuanto tiempo, no daba crédito, mis piernas paralizadas y el temblor que de ellas emergia son lo que más recuerdo, con la boca abierta no sé cuanta tierra trague, por Dios, hubieses estado allí, mi miedo se fue transformando en admiración, agradecí estar vivo por presenciar aquello y ahora lo estoy más por poderte escribir esto.

Fue cuando vino a mi uno de los libros de Pa’, aquel que se llama La fortaleza viviente, ¿lo recuerdas? Yo apuesto a que si, te fascinaba escucharlo cada noche antes de volcarte en la cama, claro que era más interesante como te lo contaba, porque era aburridisimo entenderlo.

Te describo a grandes rasgos lo que era: Dos pilares de marfil al frente, una gran puerta de oro al centro con símbolos grabados, cuatro grandes cubos que se movían y parecían dar forma a sus píes, los causantes de los temblores, una torre central que parecía moverse como una cabeza humana, esta se conformaba con una especie de bisagra giratoria llena de cristales blancos, reflejaban bastante la luz del sol, toda las construcción adornada con grandes esferas de diversos colores: turquesa, ámbar, rojo, verde, azul, gris, amarillas… y esos son los que recuerdo. El cielo pasó de ese negro abismal al azul indefinible.

La fortaleza dejo de moverse por varios minutos, los curiosos queriamos ir, tocarle, entrar en ella. Prieto se me acerco y me comento algo, ni idea de lo que decía ese arguendero; lo que sí recuerdo es que menciono que había venido hacia nosotros un Dios, uno justo y magnánimo, uno que se hace llamar Arcatrara Vei, Dios de los Guerreros inmemoriales.

Las ilustraciones que hay en el libro son casi idénticas a lo que mire ese día. Hoy he decidido contártelo para que conozcas por escritura propia de tu Padre lo que tanta gente quiere olvidar, lo que aconteció horas después me ha tomado toda la vida tratar de descifrar el por qué.

Quiero que sepas que me encantaría que pases mis memorias a tus hijos, que nuestras futuras generaciones conozcan lo que ocasiono los días interminables de lluvia en Tenmas, lo que hace que la tierra muera cada vez que se siembra algo, que el agua del lago sea infértil para las pescas, que se descubra el motivo real que nos hizo irnos de ese maravilloso lugar y establecernos en Venet.

Tome ropa de un puesto derruido, la otra se había "manchado" incomodamente, algunas casas estaban destruidas en su totalidad, ayude a los vecinos a escarbar entre los escombros, mientras los comentarios y especulaciones de qué era esa estructura no paraban, para nuestra tristeza encontramos a varias familias aplastadas, muchos lesionados, pero en toda la tragedia también rescatamos a varios que aun siguen vivos, que ahora sean malagradecidas en otra historia. Todos sentíamos esa curiosidad intrinseca pero no conocí a alguno que de verdad se hubiese acercado a Arcatrara Vei.

Entre todo lo que ayude me encontré con una niña entre dos lozas de arcilla, movi las pesadas estructuras yo solo, imagina mi fortaleza hijo... ahí fue cuando cambio de nuevo el panorama y el asombro se regreso al miedo humano. Una especie de rugido nos puso en alerta, Arcatrara Vei parecía inclinarse, como lo hacen los cuadrupedos sus extremidades delanteras se elevaron y las traseras sostuvieron el peso de todo su "cuerpo", la torre central se elevo, la gran puerta de oro se fue abriendo poco a poco y dejo ver como un círculo con grabados daba vueltas, los cristales blancos giraron con suma rapidez y una bola de energía dorada se fue concentrando en aquel círculo de símbolos... ¡Cataplum! ¡Hijo! ¡Cataplum! un rayo dirigido que pulverizo un tercio de Tenmas, días después, los que logramos sobrevivir comprobamos que ese haz dejo una marca más de doce kilómetros.

La fortaleza se quedo en silencio después de ese ataque, y mi ropa "nueva", pues quedo manchada de nuevocuenta. Fue una amenaza directa, comprendimos lo peligroso que era quedarnos más tiempo en ese lugar. Dejamos todo, la niña que rescate tenía su piel tan blanca como las chirimoyas por dentro, parecía una fantasma. Corrí tanto como pude con ella en brazos, tan desesperado como una presa de lobo. Llegue a unos metros de la casa, cuando nuevamente Arcatrara Vei rugió… esta vez me pareció que apuntaba en nuestra dirección… mi vida es cierto, paso en milésimas por mi cabeza, abría tanto mis ojos que el aire me lastimaba...

!Dios no nos dejo! Juro por mi proxima tumba que Dios envio a sus ángeles.

Siete pilares de luz se elevaron alrededor de la fortaleza en diferentes colores: amarillo, rojo, negro, blanco, azul, verde y café. Del símbolo salió el gran haz de luz pero en esta ocasión salió dirigido al cielo, ahí se dividió en miles de rayos que cayeron junto a los pilares de luz, algunos parecían por momentos volverse más estrechos, Arcatrara Veei giro con lentitud, de aquellas dos torres de marfil se formaron ondas luminosas que se dirigían hacia cada pilar y con cada disparo un color se desvanecía en el cielo.

Al final solo quedaron el rojo y el verde.

Estuvieron así durante diez minutos, cuando la fortaleza pareció sentarse, como si cada disparo de sus torres hubiese necesitado un gran esfuerzo, te juro por mí, que nada en la tierra se le parece o parecerá a lo que sucedió ahí, ¡nada!

Tu padre curioso decidió regresar al pueblo para poder ver de dónde emergían esos pilares, aun cuando lo pienso y lo vulevo a meditar, no encuentro la razón del para qué lo hice, había bajado a la niña, dejandola a cargo de uno de los vecinos. ¿Locura? Posiblemente, en eso te pareces un poco a tu viejo. Y claro que también, saber que en la vida tendría otra oportunidad como esta, la curiosidad abatió a la necesidad.

Corrí tan rápido como pude, tanto hasta que me quede sin aliento, hasta que mi visión se hizo borrosa y las piernas me temblaron anunciando que si no paraba me hubiera dado un buen guamazo. Caí en mis posaderas, jadeando, buscando introducirme el aire con mis manos… pero, lo valió, frente a mi se encontraba el origen de los dos pilares de luz: un hombre formaba el verde, una mujer el rojo. Se notaba como una especie de ondas acompañaba a cada pilar, dando más bien la impresión del cuerpo de una oruga, pero estaba tan absorto entre respirar y asombro que ni siquiera note que se acercaban poco a poco entre ellos. El pelo se les movía con violencia, su musculatura estaba tensa, sus rostros me mostraron el increíble esfuerzo que realizaan para poder hacer esa... ¿magia?

Arcatrara Vei se movió, adopto esa pose que anunciaba un ataque.

La pareja se fue juntando poco a poco hasta que las orugas de color se hicieron una. Toda es magia concentrada en un solo punto... ¿recuerdas los cinco colores de los pilares abatidos? bien, la oruga de color que se formo contenía matices de cada uno de ellos, escuchana un sonido parecido a cuando la leña se quema.

Momentos después un agujero oscuro se formo en la punta de la oruga, de ahí emergieron un círculo de piedras, enormes a mi visión, parecían… qué digo parecían, Flotaban, el coloso pareció detener su ataque, de las ocho piedras que conté, siete descendieron alrededor de la Arcatrara Vei, un rugido tan fuerte como el primero que me dejo sordo – y que este no fue la excepción – se alzo y rapidamente se fue apagando, las enormes piedras se fueron juntando y con ello el Dios de los inmemoriales se hacía más pequeño, los cristales blancos de su torre giraban ahora con violencia, diversos hases de luz salían en diversas direcciones, chocaban contra una especie de muro invisible...

La oruga de luz se fue desvaneciendo la gran roca que permanecía en el cielo dejo caer una especie de aura que rodeo a las otras, parecía la mitad de un huevo, segundos después la pesada piedra cayo sobre todas las demás, no se veía tan amplia desde donde me encontraba; todas al unísono giraron y con ello centellas parecían adornar a la nueva estructura que encarcelo a Arcatrara Vei, parecidas a los rayos que van de nube en nube en una tormenta, mi oído apenas captaba una especie de chisporroteo constante y un zumbido incesante. Todas mis creencias estaba hechas polvo.

La mujer y el hombre cayeron muertos.

Las rocas formaron, lo que ahora conoces, el monumento de Zion. Esa única roca color blanca y tallada por Dios, tan lisa como los traseros de los recién nacidos.

Lo único que a tu viejo se le ocurrió hacer después de todo aquello y de pintarse mi pelo en blanco, si mi pelo cambio de color desde ese día, fue enterrar el cuerpo de los desconocidos. También de aquellos que fallecieron por los ataques de Arcatrara Vei, es decir, los cinco pilares de luz.

Hice cerca de cien tumbas durante una semana.

Cada niño y niña me dolía tanto como la pérdida de tu hermano Azael. Eso no puede ser natural, un padre no debería enterrar a un hijo, no es el orden que la madre tierra quiere.

Tu madre regreso a buscarme, me ayudo a enterrar a los últimos.”

No creas cuentos guajiros de otras personas hijo mío. Yo estuve en ese lugar, mire directamente a la gran fortaleza viviente, la misma que esos libros dicen, las imágenes un poco retocadas son lo que presenciamos muchos pero que pocos tenemos el valor de mencionar.

Te dejo también en herencia en vida estas cinco esferas que recogí de aquellos hombres y mujeres que dieron su vida por todo un pueblo, me parecieron demasiado valiosas para sus tumbas, no porque quisiera robarlas, sino porque no durarían con sus originales dueños más de un mes. Las otras dos jamás pude encontrarlas. A veces brillan y hasta siento que me hablan, no les hagas caso solo sirven para recordar aquello que no entendemos pero que existe en este mundo.

Te amo Ramiel. Vive una vida justa y honrada. Y si tienes tiempo ven a verme de vez en cuando, extraño ese calor que emanas.




Carta de Lazzo a su hijo, encontrada en el pueblo de Venet, dentro de un libro titulado El castillo volador, en 1756. Las esferas que se mencionan no fueron encontradas.

----------------------------
Wiil - Agradeceré más ese comentario callado que la estrella gritando.

 

Escoge el próximo pasaje
Versión
1
div
Escrito por creadordemundos (Desconectado Offline), el 31 de enero de 2010
 6 votos · Leído 54 veces · 1 comentario · 1 pasaje debajo
Cuando pienso en que puedo comerme al mundo a trozos, llega algo que me tira, algo que se deja venir para enseñarme que tan lejos estoy de poder lograr eso; a veces es especial el suceso que me recuerda que más que comérmelo conviene ... Leer mas


 
Volver al
Pasaje 1º
Escribe tu versión del
próximo pasaje

 
Comentarios
Nadie dejó comentarios en este pasaje.
Escribe el tuyo
Te gustaría comentar aquí
Solo los usuarios registrados pueden escribir comentarios
Obtén tu cuenta gratis | Ingresa
Leído 74 veces
Privacidad: Pública
Rating
Puntaje: 7,6 (10 votos)
Ideas
Personajes
Argumento
Comparte esta historia
LINK:
Para enviar por mensajería instantánea o e-mail.
HTML:
Para pegar en tu blog, foro o espacio web.
Creative Commons License
Reconocimiento - NoComercial - CompartirIgual 3.0
 
Tu cuenta
Ingreso
Obtén tu cuenta gratis
 
 
 
Mensaje


Exito


Error


Aviso


Related Links

Partner Links