Estoy caminando... mi andar es tan penoso que no lo puedo soportar. Tengo que seguir, es agotador y humillante, pero tengo que seguir. Mis aflicciones no le importan a nadie así que ando por ahí... andando. Estoy solo en una calle llena de gente que me mira extrañamente o ¿Me lo imagino? pero si no le importo a nadie ¿no? entonces ¿por qué siento la mirada de todo aquél que se cruza en mi camino por instantes? ¡Ho, Dios! siento tanta presión, no tengo autocontrol. Con miedo camino... me fumo cigarro trás cigarro. No quiero voltear a ver a nadie, no soporto sus miradas y tampoco puedo sostenerselas. Algunos dicen que estoy loco , otros, que estoy enfermo ¿Qué importancia tiene si es una u otra cosa? el caso es que tengo los nervios reventados y no hay una causa tangible que me diera una justificación del por que me siento así... todo sucedió derrepente, en aquél día en que me visitaron esos soldados de Hitler y me encomendaron una misión. Fueron muy amenazantes conmigo. Pensándolo bien, esos tipos son los que me jodieron los nervios pero si no cumplo sus propósitos me van a matar, no me lo han dicho pero así es Hitler, él no tiene piedad, es un monstruo. Me voy a esconder de ellos por que ya saben donde duermo y paso mis noches. Para contrarrestar este monstruo necesito a alguien bueno y pasar mis noches donde él. Hoy hay una exposición fotográfica acerca de Gandhi. Sé que sus ojos a travez de las fotos me estaran viendo y me cuidará de Hitler y de su eje del mal... será mi trinchera y nadie me sacará de ahí... para eso traigo la pequeña pistola de papá.