El golpe es fuerte, babeo abundantemente, mis ojos están vidriosos, además, me tiembla la mano, mi guardia. Sólo necesito un minuto para recuperarme pero el castigo es inclemente, no cesa el hijo de puta. La inconciencia quiere apoderarse de mí, debo resistir, me tambaleo... Sandy, quiereme un poco. No me maldigas cuando llego borracho a la casa, sé buena conmigo, jamás te he puesto la mano encima para golpearte, siempre han sido caricias y me has pagado mal... muy mal. Lo único que hago es ganarme la vida como puedo. No tengo la culpa de no tener educación, fui tratado mal desde que tengo memoria Sandy... no tengo la culpa, no me des de cachetadas que suficiente tengo con las madrizas que me pongo. Eso no basta para tí, ni las pieles, ni los buenos tragos y joyas que pongo a tus pies, te he sido jodidamente fiel y no paras de reclamarme... Apenas puedo sostenerme en pie, la gente grita los sonidos sordos de la guerra en este cuadrilátero. Ya te descuidaste cabrón, ahí te va mi mejor golpe, con todo lo que tengo...
Te contemplo en la lona, la cuenta está en nueve y no te has parado. Mañana los diarios hablaran mucho de mí, el campeón del mundo.