La díficil situación de un padre al que matan a su hijo sin piedad en un secuestro que terminó mal, muy mal. Apenas estaba entrando a la adolescencia, quizás nunca se enamoró de una muchacha. Quizás no se le había formado aun el criterio propio para que su convicción, cualquiera que esta fuera, tuviera fundamentos firmes para lograr la vida que quísiera para si mismo... el jovencito ya no tuvo oportunidad. Indudáblemente es una desgracia. En la mesa de diálogo con las distintas autoridades de México, su padre da un conmovedor discurso que no tiene escrito en un papél, sino en su corazón y es visible en su semblante el dolor e impotencia ante las circunstancias que lo han llevado hasta ahí. Se fomenta y se organiza una marcha con el nombre : Iluminémos México. Parte del pueblo mexicano se viste de blanco, toma una vela y la enciende, hacen un recorrido clamando justicia, gritando México y al final, se entona el himno nacional. La televisión hace cobertura de los hechos, suspende increíblemente la transmisión del partido de fútbol. En la internet dan cuenta de lo que sucede minuto a minuto en varios sitios web. En el epílogo de esta marcha veo en un apartado de la página principal de msn.com.mx, que quieren juntar un millón de firmas en contra de la inseguridad mientras a un lado, se muestra un anuncio de un flamante "jeep patriot" y sus facilidades de pago sin intereses. Querido pueblo, me siento muy mal por la muerte del joven Martí, también por la masacre de la que fueron víctimas hermanos indígenas en Aguas Blancas ejecutados sin piedad por el ejército mexicano, que , habiendo video de los hechos, nunca se les hizo justicia ni una marcha.
Querido pueblo, me siento muy mal por las cientas de mujeres muertas en Cd. Juárez.
Querido pueblo, me hace sentir muy mal que el gobernador de Puebla siga en su cargo pese a las evidencias de corrupción, intimidación y persecución.
Querido pueblo, me siento muy mal por los niños, mujeres y hombres que fueron violados y asesinados en la selva chiapaneca por el ejército mexicano.
Querido pueblo, me siento muy mal por los periodistas desaparecidos que históricamente se ha vuelto una costumbre en nuestro amado país.
Querido pueblo, me siento muy mal que el hombre más rico del mundo sea mexicano.
Querido pueblo, me hace sentir muy mal los suicidios en las estaciones del metro de la Ciudad de México acontecidos entre 1995 y 1996 por la ambición de un viejo pelón y que nadie se atreva a hacerles justicia.
Querido pueblo, me hace sentir mal aquél campesino que viene con su cocecha a la capital para venderla en la central de abasto y que un tipo con un arma lo despoje de su camión y el sustento para su familia de un año y que este campesino en total desconsuelo, sólo se le ocurra caminar por las vías del metro para pensar en lo que le dirá a su familia: no hay qué comer. Para luego morir después de ser arrestado por la policía.
Querido pueblo, me hace sentir mal que las licitaciones públicas de cuantiosas sumas se concedan a las familias de los altos mandos que nos dirigen.
Querido pueblo, me hace sentir mal que los eventos del 68 y el halconazo nunca se les hizo justicia.
Querido pueblo, me hace sentir mal que las televisoras de mayor cobertura en nuestro país se muestren indignados ante la corrupción cuando ellos son parte del aparato que nos gobierna y tienen su parte en la sangre y hambre que hubo y hay en nuestro país.
Querido pueblo, me hace sentir mal que el dueño de una tienda de abarrotes que se encuentra en la esquina de mi casa haya sido secuestrado y que todos sabemos quién fue y a pesar de las llamadas a la AFI, el tipo siga presumiendo su carro deportivo del año y la ampliación que está haciendo en su casa.
Querido pueblo, me hace sentir mal que la pasada marcha multitudinaria del sábado 30 de agosto de 2008 no nos va a llevar a nada. Basta con ver la reacción de las autoridades, están diciendo lo mismo, palabra por palabra, de hace 40 años. Los que salieron a marchar, tuvieron toda la intención y la ilusión de ser partícipes en un cambio. Lamentablemente, las buenas intenciones no bastan. Los familiares de los campesinos ejecutados en Aguas Blancas están en el abandono. Ojalá buen pueblo de México, hicieramos también una marcha para iluminar a nuestro país, todos vestidos de blanco, por los campesinos casi-muertos de hambre y que no la ven llegar.