Aquella noche era una noche lluviosa. Estaba sentado en la barra con una botella de tequila en mi sangre. Le pedí al cantinero que me despachara la otra pero me dijo que había tenido suficiente por hoy... sí, los últimos días habían sido una desgracia y yo solo quería morir de un balazo, de un accidente al volante, a golpes o caminar por el carril de alta velocidad de una autopista. Yo solo quería morir del modo que fuera y se me hizo fácil ahogarme en alcohol como lo hace un pobre diablo. Esa noche yo no valía nada... era un pedazo de mierda que no pudo estar al lado de la persona que más me necesitaba. Siempre me gustó estar en el lodo como un puerco en su chiquero pero esa noche aborrecí mi vida. No me debiste hablar esa noche en aquél bar donde tus ropas caían con maestría.Hubiera sido mejor que me dejaras a merced del alcohol. Ojalá esa noche te hubieras olvidado de tu nobleza y no me regalaras esa sonrisa que pareció resucitarme cuando ya nada tenía sentido. Si tan solo hubieras pasado de largo... tu corazón latiría.