Me llevé a tu mujer a un motel barato de ésos que tienen un sello de seguridad en la taza del baño por aquello de la gonorrea y demás. ¿Qué podíamos hacer? La estaba consolando por los sin sabores de su relación contigo. Pocas horas antes ella me decía que todo era un desastre, de las palabras pasó al llanto y del llanto al abrazo y del abrazo al beso y del beso a las caricias y de las caricias a este motel. Henos aquí tan exitados y ansiosos de saber como lucímos desnudos y desesperados por estar el uno en el otro. Tu mujer es tan exitante como una mujer desconsolada que cae en tus brazos sin esfuerzo alguno y lo dulce y fugáz que es este tipo de sexo. Hay quienes me dicen que me llamo Amante y me apellido Consuelo, esa es mi especialidad dada.

Mujer, quítate lo que traigas encima, abre tus piernas, dejame entrar en ti, gozemos que yo soy tu consuelo. En este momento no sientas sentimientos, siente mi pene en tu cavidad y vive el momento, el escenario no importa sino la intimidad. Mujer... sienteme, lámeme, arañame, gime, ténzate, erotízate, haz pedazos la cama, ten orgasmos de calidad incomparable, no tengas culpa ni temor, haz a un lado las cadenas, suda hasta dejar húmedas las sábanas, huele mi candor, ve lo exitado que estoy, no te gobiernes, soy tu realidad, no partas, sigue...

Alfredo, mi querido amigo de la niñez ¿Recuerdas cómo resolvía tus problemas amorosos con tus novias? siempre acudías a mí por que yo lo resolvía todo y ahora cuando tienes problemas con tu esposa acudes a mí. Nunca te he fallado amigo y no me tienes que dar las gracias, lo hago de corazón. Claro que siempre he omitido ciertos detalles, lo que nunca han podido omitir las chicas es el sentimiento de culpa e inmediatamente quieren compensarlo y así todo marcha bien hasta que... se desgasta otra vez la relación