Juicio de Osiris
Escrito por Javier valladolid ( Offline), el 12 de febrero de 2008
Lentamente caminaba entre las dunas. Era de noche pero la claridad, próximo el amanecer, no tardaría en aparecer. Hacía mucho que había esperado ese momento. Era un niño cuando aquello ocurrió y ahora, entrado en años, vería la oportunidad de llevar a cabo su venganza. Mucho tiempo atrás tuvo suerte de sobrevivir aunque el dolor y la venganza le otorgaron eterno tormento. Todo el poder iba a ser suyo, no hubiera tenido que alabar a un dios visible ya que él iba a ser uno de ellos, pero en vez de eso había tenido que ocultarse entre los mercaderes que recorrían el Nilo. Tras una vida que no tenía que vivir, sin poder llevar a cabo su venganza, las riquezas y su lugar en la historia le habían sido arrebatadas y el sepulcro de su difunto padre profanado impidiendo su viaje afortunado a la otra vida. Solo le quedaba de él una daga con una empuñadura de oro, sus recuerdos y la lealtad de un sirviente ya anciano que le había salvado la vida durante el suceso. Ahora ya no le importaba desatar la ira de los dioses ni que le esperara ser comido por el cocodrilo sagrado cuando tras su muerte fuera conducido por Anubis a los infiernos donde recibiría un juicio en que su corazón pesaría más que la pluma. Como no podía acabar con su vida física arrebatada en una refriega con los nubios aprovecharía esta nueva oportunidad aunque probablemente no seguiría con vida mucho tiempo después de lograr su objetivo. Aun recordaba lo que pensaba hacer cuando llegara al poder. Ya no tenía esa opción sin medios para derrocar al hijo de este pero de niño con esa posibilidad en potencia soñaba con ser tan buen gobernante como su padre y hacer lo que él no había hecho. Con el tiempo había descubierto que su padre gobernó con mano de hierro pero tardó aun algún tiempo en dejar de lado en su cabeza esa sociedad ideal que imaginaba: En ella el gobernante repartiría la mitad de sus riquezas con el pueblo. La escritura jeroglífica sería impartida a todos los que quisieran aprenderla independientemente de su oficio o rango social. La labor del campesino sería tan importante y digna como la del Emir y las de los oficios entre ambos. El sistema de justicia sería digno del mismo Mut. Los enemigos serían pacificados por medio del dialogo en una serie de tratados. Todos los ciudadanos podrían acceder incluso a los rincones más ocultos del templo. El gobernante como dios tendría el poder supremo así como el deber de honrar a los otros dioses y escuchar a un consejo cuyos miembros serían de todas las clases sociales que expresarían las necesidades del pueblo. La jerarquía sería por necesidad y no por superioridad o inferioridad de unos sobre otros salvo la divinización del gobernante. Y sería una sociedad prospera y libre según unas leyes escritas que respetasen las eternas leyes de justicia de Mut establecidas por el gobernante. Pensando en esto se aproximó hacía el peristilo del templo y allí se encontró con su amigo Himhotep que era escriba. Le contó a este lo que acabo de contar para que lo guardara para la posteridad. Himhotep se marchó mientras iba amaneciendo.
Escoge el próximo pasaje
Versión
1
Escrito por Javier valladolid ( Offline), el 12 de febrero de 2008
· Leído 86 veces · Sin comentarios · Sin pasajes debajo
Hacía tiempo que Himhotep permanecía inquieto en el campamento del desierto en territorio nubio. No sabía nada de su amigo y la única noticia de Egipto que le llegó fue de un nubio que, tras ser capturado en el desierto, perdido, ... Leer mas
|
Mensaje
|
||
Exito
|
||
Error
|
||
Aviso
|
||